Nacido el 26 de enero de 1975, Killian fue criado en una familia purista, si bien comparte esas ideas, no suele ser tan extremista a la hora de llevarlas a la práctica, entiende que los sangre sucia en general no son más que seres inferiores a los magos sangre limpia, pero no le cuesta relacionase con ellos de ser necesario. Su infancia la pasó con pocas carencias, pero entiende el valor de las cosas y del trabajo, lo que le ha llevado en su vida de adulto a encerrarse en su trabajo para el ministerio. En el colegio no fue más que un alumno promedio, que tenía que esforzarse por conseguir buenas notas, lo que conseguía pero no le daba tanta importancia, pues lo hacía por la exigencia de sus padres, y como pago por las travesuras y malos tratos que podía tener para con su propia vida. A los 13 años se metió en riñas con un compañero del colegio con quien desde el inicio de su estadía ahí ya tenía diferencias, y dichas diferencias los llevaron a un duelo en el bosque prohibido; durante el duelo perdió su mano izquierda totalmente, por un maleficio de su contrincante, pero eso no le impidió seguir con el encuentro hasta el final, saliendo manco y victorioso de aquel bosque. En cuanto tuvo edad se dedicó a la bebida y al cigarro, siendo el Ron su preferido, acompañante, con un buen Lucky Strike encendido, de hecho es muy raro encontrarlo sin fumar, o que llegue a casa en estado de sobriedad.
Desde pequeño ya estaba comprometido, y cumplió dicho compromiso cuando los padres de la dama lo pidieron, y a la fecha está casado con Sibéal, una encantadora mujer, amable y con quien tuvo un hijo a la edad de 24 años, cuando ya tenía su posición en el ministerio y se ganaba su propia fortuna. Ambos han sido padres ausentes, ella por sus reuniones sociales y su descuido cotidiano, al que Kill ya estaba acostumbrado tras cuatro años de matrimonio, y él por el exceso de trabajo, pagando las excentricidades de su hijo a modo de “compensar” su ausencia en su vida diaria.
Pasado el tiempo, Killian ha decidido que el ministerio le ha absorbido demasiado tiempo, y que él ya es perfectamente capaz de dejar ese trabajo por uno menos demandante, pues su fortuna podría decirse que está asegurada. Ese es el motive por el que ha decidido dedicarse a la docencia, en el colegio al que asiste su hijo, más por comodidad que por el crío. .