Desayuno en familia y otros temas (Zack y Natalie); Invitado: Centaurus Sneffels

A los pocos segundos de que Zack se marchase, me dirigí a mi habitación, la verdad faltaba muy poco para la hora que nos había indicado mi tío. Quería tomarme mi tiempo para arreglarme, estaría bien vestida como correspondía a la ocasión; si algo tenía en claro era que en este tipo de reuniones el aspecto con quien fuese cada cual era muy importante definía mucho la altura a la que se dejaba su apellido y por supuesto también lo definía su forma de actuar durante la reunión.

Consulte el reloj ya vestida, con un vestido azul marino sencillo pero elegante sin llegar a resultar ostentoso; eran casi las ocho de la tarde. Tocaron a la puerta, por la forma de tocar supe quién era, se trataba de una especie de código entre nosotros dos, entre mi primo y yo – ahora salgo, Zack – dije desde el otro lado de la puerta, me quedaba dar un toque final al peinado, algo adecuado. Finalmente salí de la habitación, reí levemente por lo bajo ante la broma de Zack – no si, bajo toda esa seriedad tienes tu vena cómica – le dije antes de aceptar su brazo, si había que hacer el paripé mejor hacerlo al completo – en cuanto lleguemos al salón me sueltas; eres mi primo casi como un hermano, esto me parece excesivo.

Bajamos la escalera y entramos en el salón, el invitado de mi tío había llegado, permanecí en silencio, dejando que fuese él quien hablase y aguardando con respeto a ser presentada, tal cual marcaban las normas de cortesía, no era como si se tratase de una fiesta social con un tiempo para interactuar con los distintos invitados a la misma, en esta ocasión debían ser mi tío y mi primo quienes lo dirigiesen todo; más mi tío que mi primo.

Pronto mi jefe comenzó con la habitual conversación, -Bastante bien, gracias por preguntar señor Wins, mis hijos mayores están en septimo y sexto curso, el mayor debería haberse graduado ya pero prefirió recursar un año para mejorar sus calificaciones, es bastante ambicioso, en cuanto a la pequeña, bueno, Hufflepuff no era nuestra mejor opción pero parece que a ella le funciona-  seguramente esperábamos a alguien más y no tardé en descubrir de quien se trataba, por las escaleras principales bajaron un joven y una señorita, ataviados perfectamente para la ocasión que el señor Wins presentó como su hijo y su sobrina respectivamente.

-buenas noches, un gusto conocer al heredero de la familia Wins- saludé con un asentimiento de cabeza cortes, sabía también de la situación de la señorita Stone, aquel incidente había recorrido todas las salas del ministerio, personalmente no había conocido a fondo a sus padres pero con lo poco que había llegado a interactuar con ellos me parecían buenas personas -una lástima lo de su familia señorita Stone, mis más sinceras condolencias- mencioné de manera educada pero sincera.

Permanecí en silencio, con expresión tranquila y serena; mi tío nos presento a su invitado, un tal señor Sneffels; el y mi primo intercambiaron unas palabras de cortes saludo, luego se dirigió a mi, no era un tema que me resultase agradable y en cierta manera estaba un poco harta de las condolencias de los demás, sobretodos por las primeras que fueron dadas por los mismos que decidieron aplazar la noticia hasta final de curso; de todas formas ese hombre parecía agradable y sincero, no tenía porque saber de aquello y solo estaba mostrando su educación - gracias, señor Sneffels - respondí de forma breve y educada.

Me percaté que parecía estuviesen disfrutando de una copa y una conversación antes que mi primo y yo llegásemos, lo que hizo me preguntase si habíamos interrumpido algo importante; capte un gesto de Zack, nos sentaríamos a acompañarles un poco apartados mientras aguardábamos la llegada de la cena.

La conversación cordial y cuasi protocolaria comenzó; como miembro de una familia importante del mundo magico debía conocer de los miembros que se componía cada familia y sus relaciones, como director del departamento de cooperación mágica internacional me convenía saber de las familias de mis subordinados también, sabía de que tenía tres, pero lo que comento sobre ellos aportaba información valiosa, las edades que comentaba se ajustaban a aquello que había oído e indagado - una ambición bien dirigida y sabía - reconocí, mi propio hijo tenia muy buenas notas pero dudaba que fuese de los que repitiesen intencionadamente por lograr la excelencia - muy pocos saben que la ambición por si misma no sirve de mucho, hay que saber dirigirla correctamente - mencione con mesura oculta, manteniendo un tono serio pero de ligera alabanza. Un joven ambicioso ciertamente podría ser lo que consiguiese que finalmente esa familia fuese lo que hubiese sido si dos familias enemigas hubiesen firmado la paz por compromiso matrimonial o directamente no hubiesen permitido que sus respectivos herederos se fugasen y casasen en secreto; reconocía que era romántico, algo que no diría ni admitiría siquiera pensar, porque era estúpido. La ambición mencionada lo convertía en un sujeto a observar, podría ser alguien propicio para mis planes con Natalie pero intuía que eso podría hacer que en vez de devaluar lo que quedaba de la familia Stone se ensalzase, mantendría mi idea de un segundo hijo y tendría en consideración un par de cosas a valorar.

Escuche el comentario sobre su hija, Hufflepuff no era la casa más adecuada para nadie, pero peor aun era Gryffindor, toda llena de gallitos sin cerebro alguno - muy pocos son los que logran destacar en esa casa y ciertamente no es la mejor para quienes tienes verdaderas capacidades - mencioné, todavía me decepcionaba que Zackary hubiese terminado en esa casa, pero parecía estar haciendo un buen trabajo y había madurado bastante - mi propio hijo es prefecto de esa casa y reconozco que al principio fue una gran decepción - dar para recibir, a veces era bueno comentar cosas que parecían relevantes e importantes para establecer un buen ambiente, sabía hacer eso sin que apenas se notase; seguía pensando que Zackary debería haber entrado en mi antigua casa, Slytherin; o como opción y cogida por pinzas, Ravenclaw. Aquella información sobre Zackary podía ser conocida por quien se tomase la molestia.

Mi hijo y Natalie hicieron su aparición apropiadamente, dando buen ejemplo de educación a nuestro invitado quien les había hablado como corresponde, todo iba sobre ruedas. El elfo a cargo de la cena entro en la sala y anunció que ya estaba lista, era el momento de pasar al comedor - espero que la lubina sea de su agrado - le dije a mi invitado mientras emprendíamos el camino hacia el comedor. Al entrar allí me senté en el extremo de la mesa alargada que me correspondía, a Zackary le correspondía como mi heredero sentarse a mi derecha y había reservado mi izquierda para mi invitado, dándole un lugar de honor en la mesa - tome asiento, señor Sneffels - dirigí una mirada velada a mi hijo, esperaba que siguiera a la altura de la situación y acomodase a su prima donde fuese pertinente, era el tipo de cosas que debía empezar a realizar.

Escuché atentamente el comentario de mi patrón, su hijo era prefecto de la casa Hufflepuff, aquel que había escuchado a mi hija llamar "afectuesamente" "Gilipollas egocéntrico" lo cual no me parecía nada correcto, pero no sería correcto mencionarlo ante Jack, ahora sin embargo la situación comenzaba a tomar un rumbo más serio en cuanto comenzó la cena, La sutil etiqueta comenzaba nuevamente a ponerse en evidencia, una danza tan compleja como sutil donde un paso en falso podía hundirte hasta el fondo o una improvisación brillante opacar al resto a tu alrededor.

Escuché lo que sería la cena, Lubina un platillo bastante caro y muy apreciado -bastante señor wins, un exquisito platillo- agradecía que el señor Wins se tomara tantas molestias para con un simple empleado como yo, sin embargo eso también indicaba que esta cena tenía tintes ocultos, mi mirada cambió sin darme cuenta ante la situación, volviendose la misma que ponía en esos viejos ayeres donde las viejas intrigas de la alta sociedad mágica de la que me había desentendido durante tanto tiempo, tomé asiento en el lugar al lado izquierdo del anfitrión, el derecho correspondía a su heredero y comenzó nuevamente aquel juego de modales.

Hechas las presentaciones, nos dirigimos al comedor para la cena, el señor Sneffles parecía alguien agradable, de aquellos que no mostraban amabilidad ni palabras vacías entonadas con cortesía. Escuche lo que había para la cena, interesante elección la de mi padre, estaba claro que algo pretendía con aquello, pero ¿qué?; a veces había invitado a gente a casa, familias importantes, pero siempre con tiempo de preparación y avisando un poco antes; claro que por mayo me había dicho que quizá me pusiese a prueba, lo insinuó, puede que buscase en parte evaluar mis capacidades de adaptación ante lo imprevisto.

Seguí las indicaciones protocolarias, tomando el asiento de la derecha de mi padre como correspondía al heredero de la casa Wins, no sin antes apartar la silla de al lado mio ofeciendosela a Natalie, comportamiento respetuoso hacia las damas de un buen caballero, lo haría aún si no tuviese que comportarme en esa situación de la forma que mi padre esperaba de mi; no de forma tan protocolaria pero lo haría, de todas formas era mejor así. Una vez acomodada Natalie, me senté junto a mi padre, manteniendome en silencio por el momento.

Mi expresión era seria, quizá un poco fría, aun así no se notaba demasiado. Escuche lo que había de cena, un plato excelente, muy típico de celebraciones importantes, de modo que el hombre que mi tío había invitado. Seguí a Zack, sentándome en la silla que dispuso para mi a su lado - gracias - me acomode con elegancia en la mesa, esperando que comenzase una cena sobre la que no tenía ganas alguna, únicamente deseaba poder quedar un rato sola con migo misma o con mi primo.

Quizá no estuviese todo aquello del todo mal, podría comenzar una educada conversación con el invitado, o habría podido de no estar en casa de mi tío bajo sus normas; observe disimuladamente al invitado, algo pareció cambiar sutilmente en él, era como una especie de alerta, como si se preparase para enfrentar algo. Los cuatro estábamos sentados ahora, los elfos no se demorarían demasiado en traer la cena programada por mi tio. Me dispuse a mantenerme en rol de observación pasiva sin hablar mas que cuando se dirigiesen a mi directamente, ya intercambiaríamos impresiones mi primo y yo más tarde, de eso estaba segura en un 90% al menos

Asentí, había sido una excelente elección la de la lubina, uno de los platos reservados para ocasiones especiales e importantes; los elfos lo habían dispuesto todo correctamente y por su bien más les valía que el plato fuese realmente exquisito. Observé a Zackary, el correcto comportamiento con su prima, por ahora todo iba bien, bastante bien. Los elfos no tardaron en traer los platos, sirviendole primero a los invitados tal como había sido mis órdenes, en este momento era un invitado de honor bien podría haber ordenado como en otras ocasiones que dejasen los platos en fuentes al centro de la mesa pero prefería tomar esta alternativa en esta ocasión. Uno de ellos trajo una variedad de vinos, tres en concreto: uno blanco, un tinto y un rosado. Gire la mirada hacia mi hijo - haz tu la elección, Zackary - le inste en tono amable pero sin dejar de ser una orden, comprobaría si era capaz de tomar una buena elección para el tipo de comida.

La comida avanzo, era el momento de comenzar a hablar de cosas triviales, cosas relacionadas con el trabajo que ayudarían a Zackary a desenvolverse en un futuro en su trabajo, el seguiría mis pasos si o si - como acabaron las cosas por su sección el día de hoy, Señor Sneffels? - pregunte simplemente, tampoco quería abordar delante de mi hijo ni mucho menos de mi sobrina lo que tenia pensado proponerse a Centaurus Sneffles

Trivialidades, eran de esperarse, no era cortes abordar un tema importante directamente, aunque si que te daban pistas los temas que se abordaban en los cotilleos sobre lo que al final vendría a ser la cereza del pastel, aunque para ello faltaría bastante tiempo, me dediqué a seguir la corriente, el señor Wins era el anfitrión y quien dirigía la orquesta según sus maquinaciones, aunque siempre la palabra final la tenían los invitados, por lo que me cambié a una actitud contemplativa mientras observaba la elección de su joven heredero y respondía a su anterior pregunta.

Disfruté la comida, la lubina estaba exquisita, realmente un plato asombroso, pero había llegado mi momento de hablar, respondí la pregunta del señor Wins de la forma más natural del mundo -Pues fue un asco, uno de los nuevos hizo un desastre y por poco no podemos controlarlo, menos mal que usted estaba allí-

Mire fijamente los vinos ofrecidos por el elfo, para el pescado lo mejor era uno blanco, era el que más podía resaltar el sabor del manjar; la elección esta vez era fácil, muy sencilla, era entre vinos que se empleaban para varias ocasiones, creía que aquello no era más que un comienzo; a saber como seguiría después o si me pondría entre varios de la misma clase, me mantendría atento, actuando frente a él como esperaba de mi, era lo más sensato - descorcha la de vino blanco - ordene al elfo en tono neutro, no debía mostrar excesiva amabilidad hacia ellos frente a mi padre.

La cena giraba alrededor de de la política o eso parecía, dudaba mucho que mi padre hubiese invitado a alguien haciéndole perder su tiempo porque si, únicamente para hablar de algo que bien podía hablarse en un despacho al día siguiente o esa misma noche si era verdaderamente urgente. Me preguntaba que era lo que había ocurrido en el ministerio en su totalidad, pero no era algo por lo que fuese a preguntar; era mejor escuchar atentamente por si me enteraba de algo, eso si sin parecer ni muy interesado, ni muy desinteresado.

Observé el intercambio entre mi primo y mi tío; la elección de mi primo fue sencilla pero no dejaba de pensar que había sido todo orquestado, de alguna manera, no era algo muy usual, no demasiado... mire de reojo a mi primo, no sabía si sería algo que le preguntaría después o que me guardaría para más adelante, cuando ya supiese más de que iba el asunto o si se relacionaba con algo que mi primo me hubiese contado previamente.

Se pusieron a hablar de la emergencia en el ministerio que nos había dejado a mi primo y a mi tiempo disponible de sobra para pasar el tiempo con comodidad. Tome la copa y di un sorbo al vino, esta delicioso, una buena opción puesta, aunque demasiado clara entre un rosado y un tinto, el reto hubiese sido elegir entre más de un vino blanco; en silencio comencé a degustar la cena, la deliciosa lubina que mi tío había seleccionado para esa ocasión aparentemente improvisada.

El vino blanco, esta vez fue fácil, demasiado quizá, pero suficiente para saber si lo básico lo controlaba, al parecer así era, en mi mente se aclaraba más cada vez la idea que tenía sobre que hacer con él, puede que en un tiempo no tan lejano llegase aquello. Los elfos habían hecho bien la lubina, no excelente, pero lo suficientemente bien para que resultase de buena calidad.

Asentí ante sus palabras - una suerte que me encontrase disponible, son pocos en el departamento que resulten eficientes y lo suficientemente confiables, por fortuna se soluciono todo a tiempo - proseguí la conversación de forma casual, manteniendo el tono de cordial amabilidad, necesario para el negocio que tenía en mente; realmente no llegaba a confiar en muchos, pero sabía reconocer cuando alguien podía ser de potencial confianza. La cena aun no terminaba, en poco tiempo pasaríamos a mi despacho a tratar las cosas importantes, a hacerle mi oferta, simplemente debía mantener la calma como siempre y cada cosa a su momento; por ahora tocaba terminar el plato de lubina y pasar al postre, el cual sería opcional, de esa forma no parecería todo planeado al dedillo.

La cena continuó sin contratiempos, el joven heredero del señor Wins había hecho una buena elección con el vino, el vino blanco sin duda resaltaba el sabor del pescado, una elección relativamente sencilla, sin duda una prueba para rectificar que el joven dominara lo básico, recordaba aquellos tiempos en los que mi padre me hacía pasar por la misma clase de pruebas, no siempre lo hacía bien y me reprendían por ello pero a el parecía llevarlo sin problemas.

Asentí cuando escuché su respuesta, era cierto, pocas personas en el departamento eran lo suficientemente competentes para arreglar un desastre de esa magnitud y era una suerte que el jefe hubiera estado allí, aunque seguramente entre varios de nosotros habríamos resuelto el problema seguramente habríamos tardado más tiempo, sentí lástima por el pobre desafortunado que había cometido semejante idiotez, pero no había lugar para inútiles en aquel departamento y eso lo sabíamos todos de sobra - Realmente una suerte, nos retrasaremos en el trabajo una semana pero de no haber estado usted habrían sido meses lo que nos habría costado aquel incidente-

Estaba relativamente tranquilo, pero no podía dejar de sentir cierta inquietud, simplemente me limite a escuchar en silencio con expresión seria pero tranquila sin meterme para nada en la conversación por mucho que me apeteciese participar, sería mi padre quien daría pie a ello si deseaba que participase de su conversación. Terminé con la lubina, dejando los cubiertos fuera del plato nuevamente sobre la servilleta, seguidamente di un pequeño trago a al copa de vino blanco, tanto para ayudarme a tragar lo que quedaba en la boca como para darle el toque final de sabor; no estaba mal el haber conservado la misma copa durante toda la cena, bebiendo únicamente lo justo y necesario.

Miré brevemente hacia mi prima, ella parecía estar a la par que yo, mas o menos, con un poco de suerte podremos levantarnos en breve de la mesa y alejarnos a hacer nuestras cosas. Vi el cambio de planteamiento al poco rato, los elfos retiraron los platos ya terminados y preguntaron lo que desabamos de postre, sinceramente no quería nada en concreto, prefería tomar algo más adelante a solas en mi habitación como solía ser habítual, pero entendía que en aquella ocasión como en tantas muchas similares no era lo más pertinente - una naranja con chocolate - solicite, un postre sano; con vitaminas y azucares esenciales; ácido y dulce al mismo tiempo, una combinación de sabor poco usual pero deliciosa.

Poco después trajeron el que les pedí, junto a la demanda de los demás; una naranja completamente pelada, sin resto alguno de la piel ni del pellejo blanco ligeramente amargo que se queda pegado al fruto, se veían completamente los gajos libres de todo, dispuestos en forma de flor y bañados con chocolate líquido por encima, el plato estaba preparado con elegancia. Aguarde a que comenzasen antes de comenzar yo, era cuestión de educación.

Notaba la inquietud de mi primo bajo la máscara que había creado, una mascara cuasi perfecta, nadie que no lo conociese tan bien como yo no se daría cuenta de que bajo esa tranquilidad estaría inquieto, lo ocultaba muy bien, tenía un excelente autocontrol.

Terminada la lubina, llegaron los postres, en esta ocasión estaba dispuesto que escogiésemos, vi lo que solicito mi primo, estaba bueno, pero yo prefería algo un poco más liviano, mucho más ligero; lo pensé brevemente antes de pedirlo - macedonia de fresas y plátano - le dedique una sonrisa a mi primo, para picarlo sutilmente, si el pedía algo sano, yo pediría algo mucho más sano, una especie de inocente juego velado que no tenía mucha importancia ni trascendencia para resultar importuno para los adultos, ni siquiera una falta de respeto.

La trajeron junto al resto de los postres, fresas y plátanos troceados a pequeños trozos y mezclados de forma que en cada cucharada de postre entraban varios taquitos.

Valore lo que decir a continuación, era algo importante calcularlo con exactitud - una semana no supone una gran perdida, se puede recuperar rápidamente; aunque tengo mis reservas de que llevado por las manos adecuadas se hubiese tardado meses en solucionarlo, quizá unos pocos días más - en realidad si en cuanto a ser competente se trataba ese hombre lo era bastante, no dudada que con sus capacidades hubiese logrado ponerlo todo en orden, era el más competente de todos los que estaban en su departamento y encargado de una sección importante del mismo.

El momento de los postres llegó, tanto Zackary como Natalie seleccionaron postres adecuados decidí tomar lo mismo que Zackary, la que me parecía mejor elección para combinar con el plato principal y así solicite que me trajesen otro a mi. Una vez servidos, espere a que estuviesen todos para iniciar la ingesta del postre. Quedaba cada vez menos para el momento de la verdad.

El señor Wins me había dado una indirecta, una halagadora indirecta, yo sabía que era competente para estar en el lugar en el que estaba, de otra manera no habría aceptado el puesto desde un principio, sin embargo no tenía idea que el jefe tuviese es opinión sobre mi trabajo, esperaba poder estar a la altura de las exigencias y algún día tal vez incluso obtener un ascenso.

Llegó el momento de los postres, al parecer todos estaban ordenando postres saludables, decidí hacer lo mismo y pedí cortesmente a los elfos un poco de musse de mango, algo que resaltase el sabor de la comida y que fuese refrescante a la vez, estaba esperando la pregunta verdadera, aquella que podría salir en cualquier momento -Bueno señor Wins, si no fuésemos competentes en nuestras respectivas áreas el departamento se caería a pedazos-

Los postres de todos fueron traídos sin mucha demora, mi padre y su invitado continuaban hablando de trabajo, mientras tanto yo continuaba escuchando, de forma discreta y sin meterme en la conversación, no sabía bien que tenía en mente mi padre, solo que me enteraría a su debido momento, eso me rondaba en la cabeza continuamente. Comí el postre con tranquilidad, sabía que se acercaba el momento en que con toda probabilidad mi padre pasaría a abordar lo que quisiese tratar con el señor Sneffels.

Deseaba retirarme de la mesa, pero no podía hacerlo así como así, no era una comida de familia normal en la que terminado el postre pudiésemos retirarnos sin más, por mi mente cruzo pedirle a mi padre permiso para retirarme, pero lo deseche rápidamente, era mejor esperar la señal de mi padre o al menos esa era mi opinión.

tome el postre con calma, casi al compás que mi primo; mi tío y su invitado solo hablaban de trabajo y del ministerio, por lo que opte por desconectar por el momento, no hablaban de nada realmente importante, únicamente de un problema que habían logrado resolver sin muchas complicaciones al parecer. Deje la cucharilla de postre sobre el cuenco en cuanto terminé. No sabía porque, tenía la impresión de que mi tío quería hablar con ese hombre un asunto importante, no me interesaba cual, pero sentía que si demorábamos mi primo y yo nuestra retirada, se pasaría el tiempo y acabarían por no tratarlo.

- Tío - hable por primera vez durante la cena - me siento algo indispuesta, con tu permiso parase a retirarme - dije educadamente, era una de las formas de dirigirse a los demás cuando las cosas eran protocolarias o cuasi protocolarias. Esperaba que me dejase marchar con Zack, a mi me lo permitiria por la correcta forma de solicitarlo, si no lo hiciese no hablaría muy bien de el. Aguarde tranquilamente los segundos necesarios su respuesta.

- Exactamente - coincidía en lo que había afirmado, y no solo eso sino que el ministerio en pleno caería en el caos; quizá eso pudiera ser algo interesante o quizá no, reflexionaría sobre esa idea un poco más tarde, era un dato importante. Los elfos trajeron los diferentes postres, y los comimos; tome el mio con tranquilidad, observando que Zackary y Natalie hacían lo propio, comportándose como correspondía.

Era el momento de pasar a otros tramites, el motivo oculto tras la invitación a cenar, en mi mente planificaba como hacerlo, debía ser cuidadoso en ese aspecto, muy cuidadoso. Escuche las palabras de mi sobrina - por supuesto - aquella educada petición me venía como anillo al dedo para poder invitar al señor Sneffels a pasar a mi despacho, así no tenía que decirles que se retirasen, así era más elegante todo - Zackary acompáñala, asegurate que este bien - le indique, el tono no era el de una orden, pocas veces solía dar ordenes a los que eran iguales en tono imperativo - disculpala, debe estar agotada, ha sido un día muy movido - dije a nuestro invitado en cuanto se marcharon, no solo era el viaje que había hecho por ella misma hasta aquí negándose a que la fuese a buscar mediante aparición y sabía bien que habían pasado todo el día fuera de la casa; aunque lo más seguro era que se tratase de una forma elegante de retirarse, por la forma en que fue educada yendo a distintas escuelas entre ellas Durmstrang, dudaba que se fatigase con tanta facilidad, o que al menos lo mostrase.

Esperé unos minutos, mientras los elfos recogían - pasemos a mi despacho, hay un asunto que me gustaría tratar - dije en un tono más agradable que de costumbre, a veces era mejor eso que utilizar el tono habitual al hablar - tráiganos un par de cafés al despacho - me encamine al despacho que solía usar habitualmente para revivir a las visitas y a Zackary; no lo llevaría al más privado de todos, aquel reservado únicamente para amigos y gente de verdadera confianza.

La afirmación del señor Wins me dio la razón, lo cual en el fondo me hizo sentir cierta curiosidad sobre que pasaría si aquello sucediera, tal vez algún día lo podríamos averiguar, si llegasemos a presionar al ministerio por mejor salario que bien nos hacía falta a varios, pero ese no era el tema del momento, el postre había terminado y con el la señorita Stone y su primo se retiraron a sus aposentos, era hora de que los adultos comenzaran a hablar de cosas serias.

Respondí ante la petición del señor wins de manera afirmativa, ahora venía la parte en la que las cosas se tornaban serias -Claro señor Wins- le seguí en silencio, como se esperaba que actuase esperando a que el anfitrión comenzase a abrir el tema a discutir verdaderamene interesado en que cosa podría querer mi jefe de mi, que cosa que no pudiera haber sido tratada frente a los chicos durante la cena?.

Llegamos a mi despacho. Camine hasta mi mesa y me acomode en el sillón, no le indique al señor Sneffels que hiciese lo propio y tomase una de las que estaba frente mío, en ese momento era mi invitado y cierta libertad de actuar sin instrucciones merecía serle concedida, cierta confianza, de eso se trataba realmente, aguarde tranquilamente a que los elfos nos trajesen los cafés, no hablaría delante de ellos era un asunto lo suficientemente importante como para preferir que no se enterasen de nada, nunca se sabe hasta que punto le son fieles y tenía la impresión que le eran las leales a Zackary que a mí. Me agradaba que tuviese la lealtad del servicio, pero por el momento era preferible que no supiesen.

- Todos nos preocupamos por asegurar el futuro de nuestros familiares - escogí esas palabras con cuidado, sin que pareciera que lo hacia intencionadamente, hacer ver que me preocupaba tanto el futuro de Natalie como el de Zackary era primordial - tengo una propuesta que hacerte - saqué del cajón un documento completamente redactado, había estado toda la tarde trabajando en él, era una propuesta de alianza familiar, una propuesta de matrimonio con la que ligaría a Natalie a alguien de apellido menor y así evitaría que los Stone tuviesen tanto peso político como los Wins, casando a su hija con una familia de poco peso político que podía ganar un poco de respeto en la comunidad mágica con esto, y el señor Sneffels de paso podría ganar algunos puntos en el ministerio y ser considerado para un ascenso o un puesto importante en el ministerio, pero eso no se lo iba a decir claramente, no iba a presionarle con eso; se presionaría el mismo, a menos que me equivocase y no fuese de los que quiere mantener e incluso mejorar el prestigio de su familia - léelo con calma - sugerí mientras comenzaba a tomar poco a poco mi café, no le puse una chorritada de Wiski como hacia de costumbre, era una situación de negocios seria y ya había tomado un poco de ese licor antes de comenzar la cena.