Desayuno en familia y otros temas (Zack y Natalie); Invitado: Centaurus Sneffels

Obedecí en silencio, camine por la estancia y me senté frente a mi padre; vi que servía un vaso de wisky para mí, me desagradaba esa bebida y él lo sabía, pero me la ofrecía de igual forma que la vez anterior. Él dictaría la marcha de la reunión, siempre lo hacía. Tome el vaso y bebí una generosa cantidad de un trago, no toda pero si lo esperado más allá de un tímido sorbo – por supuesto, padre – dije respondiendo con tranquilidad tras haber contenido una mueca debida a la graduación de la bebida – sé muy bien cómo debía tratar a mi prima, y así lo he hecho – afirmé – a fin de cuentas ahora es de la familia, ¿no? – agregue en un tono desinteresado, como si la situación no tuviese mayor importancia, como si fuese indiferente para mí. Natalie me preocupaba y ciertamente no necesitaba que mi padre me dijese que la tratara como un huésped especial para yo hacerlo.

Lo mire en silencio, la tenía preparada, sabía bien a que se refería, pero ¿daría tiempo a organizarlo todo para finales del verano? La mayoría estarían seguramente de vacaciones y con compromisos lo que quedaba de época estival – aquí la tienes – dije manteniendo el tono serio, le di una hoja de pergamino escrita por ambas caras; en una la lista completa y en la otra la distribución en el salón. Era la primera vez que hacía algo así, de forma que dudaba completamente que fuese lo más acertado, pero de todo puede aprenderse y quizá hasta podría aprender de mi padre y de esa situación planteada, para bien o para mal.

Se sentó con tranquilidad, cuando estaba tranquilo solía dominarse bastante bien, eso era bueno pues perder los nervios y actuar en caliente era ponerse un cartel con las debilidades de cada cual. Lo observé mientras tomaba el Wisky que se ofrecía, me esperaba una negativa, pero esta no llego, sorpresivamente no cambio de expresión, aunque podía ver su decisión al hacerlo, su esfuerzo, iba mejorando. En cierta manera me agradaba ponerlo a prueba, era la única forma de demostrar que era un digno heredero y como hijo único, llegado el momento, Zackary debería tomar las riendas de la familia. Tenía que asegurarme que estaba listo para ello.

Lo mire atentamente, había atendido a su prima de buen grado, eso facilitaba mucho las cosas en cuanto a la imagen política – en tal caso no dudo que serás de ayuda a tu prima en Hogwarts – dije con mi peculiar tono neutro, cuasi frio – en lo que necesite – resalte. Era fundamental para una buena imagen que los primos presentasen un frente unido, si cara a los demás mostraban unidad, eso sería bueno ara los dos pero fundamentalmente para mí y mis planes; los cuales tenía que llevar a cabo con cuidado, con mucho cuidado; una buena familia sería algo bueno para Natalie, un compromiso. Zackary no debía saber de eso, no antes de que estuviese listo e inamovible, mi hijo solía ser más idealista que práctico para algunas cosas, ese era su gran defecto, debía estar para apoyo y cuidado de su prima, no para meterse por el medio.

Lo observé tanteándolo al tiempo que tomaba el pergamino que me entregaba, lo escrute con cautela y ojos críticos, en él estaban las familias más importantes de la sociedad mágica británica y también algunos miembros de familias internacionales. Eso era positivo, la gran mayoría era más o menos de la quinta de Zack y este parecía haber captado la idea de la importancia de las buenas relaciones a nivel internacional, siempre podían ser de utilidad esas relaciones y contactos, ya veríamos como le salía la segunda parte – no está mal – ojeé la parte de atrás, tres mesas, dos de jóvenes de su edad y una tercera de adultos – se quedará así, espero que hayas hecho la elección adecuada porque hablara mucho de ti – plegue nuevamente el pergamino y lo guarde en el cajón de la mesa – te avisare con antelación para cuando vaya a celebrarse – informe, le daría tiempo suficiente para escribir las invitaciones y mandarlas a sus destinatarios, el mismo tendría que desempeñar toda la faena – asegúrate que tu prima adquiera todo lo necesario para sus clases en Hogwarts, puedes retirarte, tengo faena que hacer – me hubiese gustado prolongar la conversación y abordar otros temas, quizá otro momento fuese el idóneo, además quería asegurarme que hoy mismo gestionaban las compras de Natalie con su bóveda fiduciaria.

En cuanto se marchó, regresé a mis asuntos, era cierto que en los últimos meses Zackary había abandonado ese deje de rebeldía que tenía respecto a las normas de casa y algunas de las normas de la sociedad en general y comenzaba a actuar como esperaba de él, solo debía observarlo más, por ahora no estaba mal, lo que era un gran avance.

Mis palabras parecieron satisfacerlo, no sabía en qué pensaba, solo que si daba tantas a Nat era por su imagen política cara a los demás más que por tratarse de un compromiso familiar, pero para mí era diferente, Natalie no solo era mi prima, era además una de mis mejores amigas, mi confidente aunque hubiesen cosas que no quería contarle, se las acababa contando pero cuando me sentía preparado para ello – sería un grave descuido por mi parte no hacerlo – respondí a mi padre guardando el respeto en todo momento, nuevamente no necesitaba que me recordase eso, era algo que ya tenía en mente hacer; aun si tenía que dibujarle planos, pero eso sería insultar a la inteligencia y adaptabilidad de Natalie. Habiendo pasado por varios centros escolares, dudaba mucho que Nat tuviese problemas respecto a Hogwarts.

Aguarde su sentencia tras entregarle la lista, era favorecedora, al menos por el momento; me daba igual que se la guardase, la había redactado dos veces, así que obviamente, tenía una copia. Me indico que me marchara, la reunión por su parte había concluido, hubiese preferido saber una fecha exacta para prepararlo todo pero ni eso obtendría. Antes de levantarme, me terminé el vaso de Wisky, mas como muestra de educación que por apetencia.

Regresé con calma a la habitación en la que había dejado a mi prima, la conversación con mi padre había sido breve, más que de costumbre. Sonreí al entrar en la habitación – estoy de vuelta

Escuche lo que comentaba Zack, esperaba que aquí como en otros lugares los políticos no estuvieran usando la educación como arma arrojadiza, siendo los más perjudicados los jóvenes magos en formación, aunque personalmente no me extrañaría en absoluto que así fuese. Lo de los profesores no me resultaba nada extraño, el respeto a los mayores era algo importante y en Durmstrang la disciplina era muy férrea, no creía que la de Hogwarts pudiese llegar a serlo tanto, ya sería algo que comprobaría y contrastaría con lo que Zack me dijera.

Me quede reflexionando unos instantes ante la propuesta de Zack, de eso podíamos seguir hablando aquí sin ningún problema, me parecía que lo que quería era salir de allí con una buena excusa – está bien, espérame en el vestíbulo que me ponga algo más cómodo y coja la llave de la bóveda – con un poco de suerte Zack me contaría muchas más cosas de Hogwarts y quizá pudiésemos hablar de los acontecimientos extraños que ocurrían en el mundo mágico. Pasados unos minutos baje – lista para irnos.

La respuesta de Zack lo dejaba todo claro; aunque nos hubiéramos comunicado la mayor parte del tiempo únicamente por carta, sabía interpretar lo que pasaba por su mente hasta cierto punto, ya encontraría otra forma de desarrollar aquella habilidad. Era mejor aquel proceder.

Contuve la risa ante la reacción de mi primo a mi comentario, era hasta cierto punto gracioso el que se ruborizarse y negase algo; sabía que a algunas compañeras de mi antigua escuela les gustaba, las había oído hablar de eso en unas navidades que paso en casa. Tuve que contenerlas, pues sus ideas eran despreciables – no te creo – le dije en tono jocoso, pero no seguí con el tema.

El lugar comenzaba a llenarse, lo que hacía ya casi imposible hablar sin alzar la voz, cosa que no me agradaba; por lo que el resto de la comida transcurrió en silencio, un silencio bastante cómodo. Terminé el plato; podía llenarlo de nuevo, pero mejor no hacerlo, ya era el segundo plato; un tercero sería excesivo. Termine la bebida que estaba tomando en el momento – tenías razón con eso de que se llenaría el lugar – comenté, eso nos dejaría las calles del callejón despejadas para nuestras compras tal como habíamos previsto

Hacia no demasiado tiempo había recibido una carta de mi jefe del ministerio de magia, el señor Wins, invitandome a lo que parecía ser una cena en su casa, no era que desconfiase de el, no tenía motivos para hacerlo, pero me pareció un poco extraño recibir una invitación de ese tipo en una situación como esta, al parecer un novato había metido las cuatro patas y ahora a nosotros nos tocaría arreglar su desastre, sin embargo no dimitiría de aquella invitación, después de todo, ¿Cada cuando el jefe te invita a cenar si no es por un acenso o algo por el estilo?

Llegué a casa y tras informarle a mi esposa lo acontecido me duché y arreglé para la ocasión, todo indicaba que la cena sería un evento formal, aunque no venía especificado en la invitación, el simple hecho de que el señor Wins se haya molestado en enviar una invitación convertía el acontecimiento en algo formal, una vez estuve listo envié la respuesta, declarando mis intenciones de aceptar la invitación a la cena en la mansión Wins.

Pronto pasaron algunas horas, la cena sería a las ocho pero sería mejor llegar antes, por lo que faltando 15 minutos me puse en marcha, utilizar la red Flu quedaba completamente descartado, no sería lo más ideal y llegar volando no era lo más acorde a la ocasión, por lo que decidí aparecerme en el lugar, o más bien, lo más cerca posible del lugar, al llegar atravesé las verjas exteriores de la mansión y toqué a la puerta, pronto un elfo doméstico abrió y me condujo hasta la sala de estar, supuse que lo más recomendable en ese momento sería esperar allí a mi anfitrión.

Mire fijamente a Zack al entrar en la habitación, parecía relajado, completamente relajado – esto es poco común, ¿tienes alguna idea de quién puede ser la visita? – dijo con tranquilidad, sentía curiosidad, y él parecía estar en estado meditativo, me preguntaba quién sería, tenía la impresión de que aquello se salía completamente de lo común. Caminé hasta sentarme frente a él, otro misterio, no era un misterio realmente, simplemente lo veía muchísimo más pensativo de lo que lo solía ver, como si maquinase algo  - ¿en qué piensas, primo? – inquirió mirándole unos instantes, ¿acaso valoraba algo?

Asiento en silencio ante el comentario de Natalie, si en efecto aquello era diferente, normalmente las visitas suelen anunciarse con tiempo de sobra y prepararse a conciencia, tenía varías ideas en mente, cual era correcta y cual acertada, el tiempo lo diría; quizá ninguna fuese acertada, aunque podría ser... fruncí el ceño; la voz de Natalie me sacó de mi ensimismamiento – podría ser que mi padre tratase de probarnos, bueno, más bien de probarme a mí; hace tiempo que me advirtió que lo haría cuando menos lo esperase – transmití a Natalie mis pensamientos, pero algo no terminaba de convencerme de aquél razonamiento, finalmente me decidí – aguarda aquí, bajare a hablar con él a ver si sacamos algo en claro – me incorporé y camine hacia la salida de la habitación – pasare a recogerte cuando sea hora de acudir frente al invitado de mi padre.

Camine tranquilamente por los pasillos de la mansión, bajando las escaleras, el despacho de mi padre estaba en la planta baja; en realidad tenía dos despachos, uno para tratar con todos y otro más privado todavía par gentes de confianza; a mí nunca me había atendido en el segundo, y no esperaba que comenzase ahora a eso, no lo creía. Toque a la puerta antes de entrar en el despacho, en esa ocasión era más que por educación, era una especie de protocolo – padre, ¿puedo pasar? – inquirí, el bien tenía el derecho de postergar mi solicitud de reunión con él. Aguarde a que me diese paso y entre sentándome frente a él – padre, ¿puedo conocer quien será nuestro invitado?

Tras verlos ascender las escaleras, me dirigí nuevamente a mi despacho, con intención de ultimar los detalles y seguir avanzando en mis asuntos, pasado un buen rato oí tocar a la puerta del despacho, alcé la mirada mirándolo – por supuesto, toma asiento – indique señalando con la mano la silla frente a mí, aguarde a que se sentase, pregunto, tal y como esperaba que lo hiciese, verdaderamente estaba aguardando aquello, era agradable saber que había optado por hacerlo en privado antes que ante otros de forma impertinente como habría hecho en el pasado, decidí responderle, aunque no decirle quien era – alguien que trabaja en mi departamento, alguien importante – con eso debería bastarle para satisfacer su curiosidad, conocería que Centaurus Sneffels sería nuestro invitado a su debido momento.

Ya que estaba aquí aprovecharía para tratar un par de asuntos con él – han llegado ya tus notas – le informe, entregándole el sobre con las calificaciones, no oculte que ya lo había abierto y mirado – no están mal, mucho mejores que las de tu anterior año, espero que el próximo sean mejores aún, si no quieres contrariarme – dije en tono frio, más le valía sacar las mejores calificaciones, el conocía bien mis exigencias, aunque quizá si lo incentivaba un poco, si podría funcionar darle eso como incentivo y muestra de ligera confianza, pero no en este momento, mejor tras la cena, realmente faltaba poco para las ocho de la tarde ; de todas formas el incentivo seria entregarle en realidad lo que por herencia le correspondía al cumplir la mayoría de edad, por herencia materna, algo a considerar ciertamente. Uno de los elfos entro en la estancia, anunciando que mi invitado había llegado – ve a cambiarte y baja con tu prima en unos minutos, no tardéis – le indique.

En cuanto se marchó cerré completamente el dosier que tenía sobre la mesa, le haría una tentadora propuesta en cuanto llegase el momento. Me levante y con calma camine hacia la sala de estar, vestido correctamente, siempre iba bien vestido pues nunca se sabía cuándo habría ocasión urgente de acudir a una reunión, había que estar bien preparado –se bienvenido señor Sneffels, espero no haberlo hecho esperar demasiado – aquello era más cortesía que cualquier cosa, no lo había hecho esperar realmente, había acudido casi al instante que sabía que había llegado y había sido puntual, mucho más que eso, ello era agradable, la puntualidad es una excelente virtud – tomemos algo mientras esperamos que esté lista la cena – indique y me gire hacia uno de los elfos – trae lo que el señor pida, yo tomare lo habitual – volví a fijar mi vista en Centaurus – por favor, tome asiento – haciendo gesto con la mano hacia unos sillones, la cortesía con los invitados era algo importante.

El señor Wins no me hizo esperar, se veía siempre tan elegante como en el trabajo, aunque su expresión estaba algo más relajada, cosa que no esperaría después de haber atendido aquel fastidioso desastre que aquel novato había provocado hacia un rato -En absoluto señor Wins, gracias por la invitación, es un honor para mi poder acompañarle- un poco más de cortesía, esa reunión seguramente era más importante de lo que sospechaba.

Al poco tiempo me ofreció algo de beber, no estaba seguro de si aceptar o no la invitación, aunque al final llegué a la conclusión de que sería una descortesía el rehusar, por lo que asentí y me dispuse a pedir, no pediría demasiado pero tampoco muy poco, algo intermedio estaría bien o eso pensaba -un poco de Ron estaría bien, gracias por la oferta, señor Wins-

Me sorprendió la eficacia de los elfos domésticos, ni bien había terminado de pedir, uno de ellos ya venía en camino con un vaso de la bebida en cuestión, al parecer la cena aún no estaba lista o esperábamos a alguien más, aunque de la cocina, debía admitir, salía un aroma delicioso, tomé asiento justo como me indicó el señor Jack y me dispuse a esperar, sería descortés ser yo quien comenzara la conversación.