Desayuno en familia y otros temas (Zack y Natalie); Invitado: Centaurus Sneffels

Hacía unas semanas que había recibido la noticia; mi “estimado” cuñado y su esposa habían fallecido en un accidente en el departamento de misterios, por ello mi sobrina quedaba a mi cargo hasta que cumpliese la mayoría de edad pasando a ser yo su tutor legal, lo cual era una potencial ventaja política sin lugar a dudas; pero la miraría que hacer con ello más adelante. Por el momento sabía que se había estado hospedando en la pensión para estudiantes próxima al caldero chorreante y eso no lo podía permitir, no siendo su tutor legal con lo que podría dañar la imagen tratar de esa manera a la heredera de los Stone, que pese a ser la única que quedaba de su familia no dejaba de ser una familia importante, Natalie Stone debía alojarse en la mansión, junto a Zackary y junto a mi.

La había contactado la tarde anterior en un breve encuentro en el cual le indicaba que acudiese a la mansión a la hora del desayuno, una pensión no era definitivamente lugar para ella, desayunaría con Zackary y conmigo y se instalaría en una de las habitaciones de la mansión, tuve que sacrificar la mejor habitación de invitados que teníamos para que los elfos la acondicionasen para Natalie, pero ¿Qué clase de tío seria si no le procurase a mi sobrinita el trato que por derecho de apellido merece?, sonreí levemente de manera fría mientras entraba en el comedor.

El desayuno estaba preparado, perfecto como siempre, como debía ser, como a mí me agradaba; me senté en la zona de la mesa reservada a la cabeza de familia, Zackary se sentaría a mi derecha y Natalie a mi izquierda quedando frente a Zackary; de normal no hacia estos desayunos así y cuando quería tratar algo con Zackary simplemente lo citaba para ello, pues tenía cosas más importantes que hacer y que tratar, pero esta se trataba de una ocasión especial. Zackary sería puntual, siempre lo era, le había enseñado a serlo; Natalie era una dama, de forma que esperaba que también fuera puntual como correspondía a su cuna.

Desperté temprano, mi padre me había informado la tarde anterior sobre lo que sucedería la mañana de hoy; iba a volver a ver a mi prima, a Natalie, me había estado carteando con ella como de costumbre, no todas las semanas pero si una carta casa mes o cada dos meses, únicamente nos habíamos visto en determinadas ocasiones, eventos familiares y políticos ineludibles, lo que venía a ser un par de veces al año antes del encuentro de hoy. Me agradaba que viniese a vivir a la mansión, pero no me agradaban las circunstancias por las que veía, hubiese preferido que no fuese así, de esa manera; un tema que sería mejor no mencionarle por respeto y tacto hacia ella a menos que quisiese hablarlo, nadie merecía pasar por eso. De todas formas tenía ganas de verla y de hablar pues en eso habíamos acordado en la última carta cuando le pregunte sobre un asunto delicado aprovechando que en ese momento ella estudiaba en Durmstrang, ciertamente era un asunto que mejor no tratar por carta.

Tras una ducha relajante me puse ropa cómoda para estar en casa y para salir; prendas que imitaban la ropa muggle pero completamente mágicas; eran un pantalón y una camisa finitas; apropiadas para el verano. Baje y entre en el comedor, todo estaba ya dispuesto para un desayuno en familia, ciertamente tenía hambre, pero por educación esperaría a que llegase Natalie; me fije en mi padre, ya sentado a la mesa – buenos días, padre – salude educadamente y me acerque para sentarme a su derecha, como correspondía; solo había una silla más, situada frente a mí, a la izquierda de mi padre; esa debía ser la de Natalie. Sobre la mesa había distintos alimentos, no todos se consumirían de eso estaba más que seguro; no tocaría ninguno hasta que llegase mi prima; de hecho yo lo habría planteado de forma distinta, pero no comentaría nada, todavía estaba en el aire el posible “reto” por parte de mi padre de que celebrase una fiesta siendo yo el anfitrión; no sabía cuándo seria pero cuanto más tarde mejor para mí.

Había estado desde que salí de Durmstrang, el último día de mi quinto curso, alojada en ese lugar que si bien no estaba mal, una pensión no era un sitio al que estuviera acostumbrada. Desde ese momento que había recibido aquella fatal noticia a finales de curso, el mismo día de la partida, me había quedado allí, al ser menor de edad no podía acceder a la casa familiar por propios asuntos de las protecciones mágicas sobre ella, tampoco es que quisiera o me apeteciera ir por el momento. Agradecía que no me lo hubiesen dicho antes, pues sucedió antes de los exámenes y aunque al principio me moleste por habérmelo ocultado, ahora lo miraba desde otra perspectiva, de haberlo sabido antes de examinarme no hubiese estado centrada en lo que tenía que estar y obviamente habría suspendido; ese había sido mi último año en Durmstrang, pues era tradición de la familia Stone estudiar en las tres escuelas con mayor prestigio de Europa. Había asistido mis dos primeros años a Bauxbattons, y de tercero a quinto a Durmstrang, ahora era verano y a partir de septiembre iría a Hogwarts, donde actualmente estudiaba mi primo Zack.

Estaba lista para partir, la mansión Wins estaba en Cardiff, Gales. No había tenido tiempo para solicitar n traslador y todavía no tenía la licencia de aparición, por supuesto no pensaba utilizar la red flu, no quedaría muy presentable después de eso, de forma que me pare en una calle desértica con mis maletas y le di el alto al autobús noctambulo, llevaba algo de dinero suelto para pagarle – a las cercanías de la mansión Wins, en Cardiff – le dije al conductor una vez pague el billete. No acepte ninguna bebida de las que ofrecieron allí, eros lo más recomendable, a menos que se desease hacer una visita gratuita a San mungo, y yo no estaba por la labor. El viaje en el autobús fue movido, no me agradaba ese transporte pero no tenía otro medio mejor a mi alcance, intuía que había algo detrás de la generosidad de mi tío de alojarme en la Mansión Wins, sabía que la relación que había mantenido con mi padre, si bien era cordial no era la mejor de todas, algo de política tenía que haber ahí fijo.

Crucé la verja de la entrada, me dejo pasar sin problemas, como si las protecciones mágicas de la mansión supieran de mi llegada, al llegar a la puerta principal toque, uno de los elfos abrió la puerta, no sabía cómo se llamaba ni me interesaba por el momento, me indico que dejara las cosas en el vestíbulo y me acompaño hasta el comedor anunciando mi llegada, al parecer ese era el cometido que le habían asignado – Buen día, tío; agradezco tu hospitalidad – dije con algo de ceremoniosidad pero con educación, era lo que se esperaba de mi – primo – salude con una medio sonrisa.

Mi vástago no tardó en hacer su aparición, bien vestido como se esperaba de él para la ocasión, aprobaba el atuendo, pero no era algo que fuese a decirle, ya no era un niño, era un hombre y debía comenzar a comportarse como tal, a asumir sus responsabilidades; aunque ciertamente era responsable, sin lugar a dudas. No había olvidado la última conversación que tuvimos, el presidiría esa fiesta, esa celebración, ese encuentro entre las mejores familias; solo que los recientes acontecimientos retrasaban aquello, y lo prioritario era lo prioritario, es más también tenía con él pendiente una charla sobre el evento mágico en que participo, pero eso ya de daría cuando terminase de analizar lo observado en ese evento – buen día – le respondí fríamente pero con educación, Zackary tenía buenos modales, me había encargado de eso, y era prefecto, un puesto importante dentro del alumnado de Hogwarts, solo había una falla no me agradaba la casa en la que estaba, la casa de los que nunca destacan por nada, aunque me habían llegado rumores de que Zackary había destacado en algo y desde luego inteligencia no le sobraba, eso no se podía negar – ve preparando la lista – le dije, era una orden, en cualquier momento le podía mandar convocar la reunión social.

A los pocos minutos entro uno de los elfos, anunciando la llegada de Natalie Stone; me alce de la mesa, era una norma de educación y buenos modales de las que pocos aplican ya – es un honor tenerte con nosotros – respondí con elegancia a su saludo e indique la silla que se encontraba a mi izquierda – toma asiento, por favor –había decidido emplear una tonalidad menos formal por el momento

Mire a mi padre cuando menciono lo de la lista – por supuesto, de hecho tengo una provisional con su distribución, pensaba acudir esta tarde a tu despacho y pedirte consejo – los últimos meses en Hogwarts me habían hecho reflexionar bastante, si quería conseguir hacer lo que deseaba debía conseguir que mi padre confiase en mí, pese a las apariencias sabía que no se fiaba de mi completamente, y no era para menos nunca había querido seguir sus pasos; la mejor forma para lograrlo era complacerlo en la medida de lo posible, darle lo que quería o parte de lo que quería lo suficiente como para que aflojara un poco la cuerda. Por otro lado sería muy estúpido por mi parte tratándose de un primer evento en el que actuaría como anfitrión no consultar con quien tenía más experiencia en el campo, aunque tenía mis propias ideas sobre cómo plantear la reunión social, y en algo tenía razón mi padre, ya era hora de que comenzase a participar de la política.

Uno de los elfos entro, justamente con el que yo tenía más contacto, me agradaba ese elfo y pensaba que hasta cierto punto yo le agradaba a él; pero no podía mostrar ese agrado delante de mi padre, pues él era de la opinión que los elfos eran meramente sirvientes que había que respetar mínimamente para asegurarte su lealtad, pero nunca darles más de lo que merecían y ciertamente yo solia dárselo, según los estándares de mi padre; el elfo anuncio la presencia de Natalie. Imite a mi padre, más bien me alce al mismo tiempo que él – Natalie – correspondí a su sonrisa y saludo, ambos sabíamos que nos esperaba una conversación pero la trataríamos en privado, en la mesa se daría la conversación de algo más trivial - ¿Cómo has estado? – pregunté al tiempo que me sentaba tras hacerlo ella por indicación de padre.

Observé la estancia y asentí a la invitación a la mesa de mi tío, ambos habían estado sentados y ambos se habían puesto en pie para recibirme, un ambiente bastante formal para tratarse de un desayuno familiar, seguramente sería por la novedad. Me dirigí a la silla que quedaba libre, la que señalaba mi tío, a su izquierda; tome asiento sentándome adecuadamente, después los vi sentarse a ellos – bastante bien – dije con fingida tranquilidad, en realidad estaba devastada, pero no quería hablar de ello, no se sentía con fuerzas por el momento y mucho menos ante mi tío; si me hubiera encontrado con Zack a solas quizá hubiese bajado la guardia y tratado un poco el tema, pese a lo poco que nos habíamos tratado personalmente, pues nuestro trato había sido sobre todo por carta, tenía cierta complicidad con mi primo.

Espere a ver las acciones de los otros dos antes de servirme desayuno; un cuenco de leche con cereales y un zumo de naranja, me agradaba ver que al menos allí comían saludablemente, pero no lo mostraría, sino que mostraría serenidad. De saber que obtendría una respuesta favorable por parte de mi tío le preguntaría sobre su trabajo en el ministerio; sabía que era director de cooperación mágica internacional, pero no debía preguntarle al respecto a monos que se me diese pie a ello. Le lance una breve mirada a Zack, indicativa de que hablaríamos más tarde.

Lo mire con expresión neutra cuando pronuncio sus palabras, analizaba las mismas así como su conducta, parecía que comenzaba a comprender donde estaba su lugar y las implicaciones políticas que podía tener un evento mal organizado o con los invitados menos recomendables, parecía dispuesto a implicarse en la política, le daría un voto de confianza aunque no le quitaría el ojo de encima – está bien, en cuanto termine el desayuno iremos a tratar esto a mi despacho mientras tu prima se instala y espero que la incluyas también a ella en la lista, no estaría bien excluir a un invitado a esta casa de una celebración en la misma – mis palabras contenían advertencia y ligeramente una orden; si parecía dispuesto a dejarse aconsejar mejor que contara con eso desde este momento, más tarde trataríamos el tema en profundidad.

Natalie se sentó, después Zackary y yo; al ser un primer encuentro con un familiar, más aun con una dama aquella era la actitud correcta, no otra; observe el breve y educado intercambio de palabras que tenían; me quede pensando al respecto mientras me servía mi habitual desayuno, todo ello sin mudar la expresión; no parecían hablarse más allá de la educación, en las celebraciones familiares de antaño sí que habían pasado tiempo juntos, pero entonces eran niños, ahora no lo eran; no sería muy buena imagen si siendo familia se mostrasen con un trato frio, había que fomentar de alguna manera que se tratasen más, tenía que pensar en algo. Uno de los elfos interrumpió el desayuno que se llevaba en el más completo silencio, al parecer me requerían en el ministerio – os ofrezco mis disculpas pero el trabajo me llama – dije con educación, más valía que fuese algo importante de verdad o lo pagarían – Zackary, tu prima ira a Hogwarts a partir de septiembre, seguro que agradece que la pongas al tanto sobre la escuela – dije en tono ligeramente imperativo, esperaba que captara lo que quería decir con él, debía encargarse que su prima se encontrase cómoda tanto en casa como fuera de ella – Natalie, espero que la habitación sea de tu agrado, si no es así, pídeles a los elfos lo que desees, ahora que eres un miembro más de esta casa te obedecerán – mis palabras ahí fueron un poco más amables pero sin abandonar el tono neutral, la primera prioridad era hacer que se sintiese cómoda, luego ya miraría como utilizar en mi beneficio el haber sido nombrado tutor legal – en cuanto regrese te mandare buscar por medio de uno de los elfos, Zackary, la conversación queda pendiente.

Le mantuve la mirada, completamente serio, verdaderamente necesitaba que me orientase respecto a eso pero no quería que pareciera que tenía miedo ni parecer desesperado, mantuve el semblante serio; asentí, sus palabras daban a entender que accedía a una breve reunión conmigo para tratar el asunto – por supuesto, padre, ya contaba con ello – dije, ciertamente la había incluido en la primera lista provisional que hice, pero dudaba que me padre permitiese invitarla sin más sin una razón aparente y ahora el hecho de que ella estuviese aquí me ahorraba el tener que buscar una razón para ello.

El desayuno prosiguió en silencio, yo personalmente me encontraba inmerso en mis pensamientos sin dejar de prestar atención a que o mi padre o mi prima iniciasen conversación conmigo, capte la breve mirada de mi prima y asentí imperceptiblemente, buscaríamos el momento de hablar a solas de tratar el asunto de la carta y cualquier otro asunto que surgiera de nuestra conversación. Uno de los elfos interrumpió el desayuno de mi padre, parecía algo temeroso y no era para más a mi padre no le gustaba que lo interrumpiesen a menos que fuese por algo absolutamente importante, y al parecer en esta ocasión lo era, lo requerían en el ministerio de magia, lo cual me parecía raro, pues mi padre había asegurado haber atado todo; o era alguna de las pifias que a veces cometían los que trabajaban en el ministerio por primera vez o se trataba de algo relacionado con el pirómano internacional o algo por el estilo; no pregunte, prefería dejarlo para más tarde pues ahora no recibiría amables palabras precisamente si preguntaba; dejo claras instrucciones de aquello que debíamos hacer Natalie y yo y en realidad no era como si no fuese a hacerlo si Natalie llegaba a preguntar – por supuesto, padre – dije tras unos segundos de silencio, tanto a aquello de hablar sobre Hogwarts como a aquello de estar atento para cuando regresase a casa.

El gesto de Zack me indico que había captado el mensaje, tras las palabras iniciales el resto del desayuno transcurrió en el más completo silencio, cosa normal si no tenían nada importante que decirse o de lo que hablar; sabía por las cartas de mi primo que mi tío era de tratar los asuntos en privado. Uno de los elfos le comunico algo a mi tío, al parecer lo requerían en su trabajo, le dijo claramente a Zack que me orientase sobre Hogwarts, no es que yo necesitara que me orientasen demasiado, me las había apañad bien en Bauxbattons y en Durmstrang, podría apañármelas en Hogwarts. Asentí a las palabras que me dirigió mi tío, su hospitalidad respecto a mi estaba siendo la correcta y ciertamente que se me considerase uno más y no un mero invitado era de agradecer – lo tendré en cuenta, pero seguro que me agrada – sabía lo acogedoras que eran allí las habitaciones de invitados y ya de por si eran agradables de forma que si había sido acomodada, era otra historia. Me percate del intercambio de palabras que tuvieron Zack y mi tío, era como si hubiesen estado tratando un asunto antes de que llegara, no le di la mayor importancia.

Espere a que mi tio se pusiera en marcha antes de hablar de nuevo, empezaría por cosas sin importancia como el mismo hogwarts, ya cuando pasase un rato podríamos enfocarnos en otros menesteres – Dime, Zack; ¿Cómo has estado?¿como ha sido tu año escolar?

Tras dirigirles aquellas palabras abandone la estancia, me dirigí al despacho de la planta baja a coger los papeles necesarios para acudir al ministerio, no me habían comunicado de que se trataba, como si un elfo fuese el mensajero más idóneo para comunicarle algo relevante, Sali del despacho y camine por el vestíbulo, pude oír a lo lejos como iniciaban una conversación sobre hogwarts, eso estaba bien, debían llevarse bien y mantener una buena imagen cara a los demás; mientras tanto pensaba en mis planes, sabía que Natalie había sido presentada en sociedad lo que sinceramente me ahorraba mucho, pese a que no se había dejado ver por determinados círculos, nada que un buen apellido y una buena educación no pudiesen lograr.

Salí de la mansión y camine hacia la verja de salida a la calle, estábamos algo alejados de los asquerosos muggles y la mansión tenia protecciones frente a esos indeseados como también frente a huéspedes no tan deseados, solo los invitados y los amigos de la familia podían pasar sin problemas esas protecciones; me aleje unos metros para no interferir en las mismas apareciéndome directamente en el atrio del ministerio, pase por al lado de la mesa del vigilante sin saludarle, en dirección a los ascensores, no tuve que esperar mucho para que llegase uno de ellos en el que me subí en dirección a la planta en la que trabajaba.

Sabia la habitación que le había asignado mi padre a Natalie cual era, era la más cercana a las mías; eso podía ser positivo, podríamos reunirnos con relativa facilidad en el momento que quisiéramos en la habitación que usaba como biblioteca y sala de estudio teórico; mi padre aún no había abandonado la casa, no había oído la puerta y sabía que él no usaba la red flu, le gustaba ir inmaculado y viajar por chimenea obviamente te estropea algún que otro traje, escuche las palabras de Natalie – bastante bien la verdad, las materias aprobadas con buena nota para mí, pésima para mi padre por no tener extraordinario en todo – torcí el gesto – en Inglaterra hay una ley nueva que entro en septiembre del año pasado, ahora debemos revalidar los cursos anteriores para poder promocionar y otras cosas, tienes suerte, tú te libras al venir de otra escuela y entrar a, ¿es sexto curso ya?; yo tengo que esperar la resolución, creo que pasare pero no es algo que sepa seguro de modo que ya te imaginas, no he dicho por el momento – claramente me refería a mi padre, tenía las insignias de las cuatro revalidaciones que se habían celebrado, pero yo estaba en sexto curso así que realmente necesitaba una más, lo cual era todo una especie de laguna, al menos en el ministerio, los que se encargaban de la educación tenían registradas el número de revalidaciones celebradas y yo tenía el justificante de haber asistido a todas – me preocupa un poco, pero lo que tenga que venir vendrá, mejor esperarlo tranquilamente que complicarse con lo que puede o no puede ser – mencione por hablar de algo además que lo más seguro es que a ella también le tocase realizarlas.

- Realmente he estado bastante bien, conocido a alguien interesante y... – negué con la cabeza, esa persona había desaparecido, no sabía si se había ido o era una de esas personas que estaban desapareciendo, estaba claramente preocupado – y he hecho algunos amigos interesantes, además de haber tenido cierto encuentro ocasional que te mencione – habíamos terminado el desayuno, era mejor pasar a hablar aquello en un lugar más tranquilo – vayamos arriba, tienes que ver mis habitaciones – se las mostraría, si iba a dejarle acceso completo a las dos habitaciones que utilizaba para estudiar era mejor que las conociera

Escuche lo que dijo sobre esa ley, era una ley interesante, había oído sobre ella y en cierta ocasión me habían permitido leer una copia de la misma, todo gracias a mis difuntos padres, una ley redactada con el fin de garantizar que todos saliesen de Hogwarts con un mínimo de conocimientos generales sobre las consideradas materias más fuertes e importantes y sobe alguna algo más complementaría, una forma de cercionarse que se le concede el título de graduado a aquellos que alcancen un mínimo nivel , no sabía que decirle a mi primo, tenía fe en que pasase de curso. Le sonreí – si pasas estará bien, y si no pasas, seguro que podemos encontrar algún tecnicismo con el que contentar a tu padre para que no te moleste demasiado – mencione, que le exigiese extraordinario en todo era un disparate, podía lograrse, si uno se centraba únicamente en los aspectos académicos en lugar de aprender la utilidad práctica de cada cosa, de cada materia. Si mi primo pasaba iría un curso por encima mío, sino seriamos compañeros, no era algo demasiado importante o relevante.

Lo mire en cuanto dijo que había conocido a alguien interesante, aunque luego tratase de maquillarlo con otras palabras, aquello solo podía significar una chica, compuse una sonrisa medio curiosa, medio burlona; ¿Quién había conquistado el corazoncito de mi adorado primo – eso vas a tener que contármelo, y ambos sabemos a qué me refiero – le lance una mirada significativa; su siguiente comentario me puso algo más seria – no llegaste a mencionarme su nombre, aunque el asunto por el que preguntabas de por si es bastante peliagudo, dudo que a nadie de los implicados les interese que se pregunte sobre ello – me preocupaba lo que la curiosidad que tenía mi primo podía provocar, o que se metiese en un lio por todo aquello – ¿le hablaste de eso a tu padre? – pregunte, mi tío no me terminaba de agradar pero con un asunto así, mejor tenerlo informado, esa era mi visión. Esa conversación no podía seguir ahí, Zack pareció comprenderlo; alce una ceja ante lo que dijo - ¿habitaciones?

Mire a mi prima, me dio la impresión de que se había percatado de lo que ocultaba lo de haber conocido a alguien interesante, no le había mencionado a mi padre porque sinceramente él y yo no teníamos ese trato; además seguro que la investigaba o algo en busca de algo que le desagradase o me forzaba de alguna manera a invitarla a una reunión familiar, o eso hubiera sucedido de no haber desaparecido, cosa que me preocupaba – prefiero no hablar de ello por ahora – dije algo incómodo sin poder ocultar totalmente mi preocupación. Mire a Nat, si, sin lugar a dudas el tema era delicado, eso lo supe desde primer momento – por ello mi carta no era del todo especifica – le respondi – y el nombre de con quien hable te lo diré en breve – le dije.

- En realidad solo tengo una, que es más o menos como la tuya solo que un poco más grande – respondí con una sonrisa, mencionar que tenía más de una habitación había hecho el efecto deseado – las otras dos son zonas de estudio, una que es biblioteca con lugares en los que sentarse para estudiar todo lo teórico, hacer los trabajos que mandan en vacaciones y esas cosas, y la de enfrente para practicar pociones y hechizos – matice mientras subíamos las escaleras; una vez arriba comencé a caminar hacia el fondo de la planta, ahí estaban mis dominios, pasamos por al lado de la habitación que le habían asignado, yo ya sabía cual era; me detuve unos instantes – antes que nada, esta será la tuya – le dije y aguarde un poco por si deseaba verla.

Al fin llegamos a mi zona de estudio, abrí primero la que usaba para prácticas, tenía al fondo, a la izquierda, cogiendo una de las ventanas una especie de muro que aislaba un poco lo que era el laboratorio de pociones; frente a este una zona con varios espejos que no había desmontado todavía, los había usado mientras practicaba para convertirme en animago, algo que no le había revelado a Natalie, pero que cualquiera que me hubiese visto o mirado los registros podía saber. A la derecha había un gran espacio vacío, que empleaba para la práctica de los distintos hechizos, ahora que era mayor de edad no tenía ningún problema pues ya no tenía el rastro, y aunque lo tuviese este únicamente detectaba la magia alrededor de los menores de edad, no quien la realizaba, de modo que en una casa de magos el menor podía hacer magia sin ningún tipo de problemas - ¿te gusta?, podrás venir aquí siempre que quieras – le dije, abandonamos la habitación para ir a la de enfrente – y esta es mi biblioteca y sala de estudio, aquí podremos hablar sin problemas – le dije mirándola directamente – Nat, estas dos habitaciones ahora también son tuyas – señale, aunque creía que ya había quedado demasiado claro. La habitación tenía dos cómodos sillones, había pedido que los colocaran ahí hace unos días; me senté en uno de ellos – no le he mencionado a mi padre lo que te conté en la carta, no he encontrado el momento todavía y en cuanto a con quien hable, quien me lo contó, fue Vladimir Ivanovich

Podía notar a mi primo algo incómodo, como cortado, sabía que era algo reservado e incluso tímido para ciertos aspectos, pero parecía que ahí había algo más; tome nota mental y no comente nada, ya abordaríamos eso en otro momento, a lo largo de la mañana o en otro día, cuando él quisiera hablar o bien si no quería encontraría la forma que me contase lo que pasaba por su cabeza. Lo mire fijamente en silencio con gesto serio, si, definitivamente su carta había sido muy escueta, mencionando lo que quería saber cómo dejándolo caer, como una curiosidad más sin aportar información alguna de lo que pudiera haber escuchado, que se negase a decirme con quien había hablado postergándolo para otro momento no me agrado, yo pensaba compartir lo que sabía de aquello, a fin de cuentas era una leyenda en Durmstrang, pero la situación en si podría volverse peligrosa. Iba a preguntarle directamente cuando se alzo saliendo con aquello de las habitaciones, mejor desviar un poco el tema y si veía que se prolongaba demasiado ya lo reconduciría como fuera; Zack solía ser bastante directo, pero a veces tendía a darle vueltas y vueltas a las cosas, sobre todo si no se sentía seguro de querer tratar un tema en concreto.

Asentí a lo que dijo de las habitaciones, parecía que a Zack le gustaba estar preparado, también me gustaba eso a mí, en eso nos parecíamos bastante, solo que yo solía hacer lo mínimo para lograr mis objetivos pero sin dejar de por mi cuenta ampliar mis conocimientos; si había un trabajo, hacia lo más básico para cumplir tanto sus requerimientos como los que yo me exigía de cara a los demás, pero lo que realmente me preparaba era otra cosa. Entre en la habitación que Zack había señalado como mía; las paredes eran blancas excepto una de ellas pintada de verde, de la misma tonalidad que las esmeraldas con un toque opaco, le daba un buen efecto a la habitación; era espaciosa y con baño propio, y tenía aparte de una cama de calidad, eso podía notarse enseguida, un buen armario, unas estanterías para dejar los libros y un escritorio de calidad, suponía que Zack tendría uno similar, uno de los elfos que seguía acomodando sus cosas al entrar termino con ello preguntándole si estaba todo a su gusto – está perfecto – dijo en tono amable pero con un toque de frialdad, no conocía a esos elfos y no sabía bien como tratarlos, no los trataba como a iguales porque no lo eran realmente según las leyes, pero al menos los trataba en líneas generales con respeto.

Salí de la habitación y seguí a Zackary por el pasillo, sabía que me enseñaría las habitaciones que había mencionado, esa era su pretensión cuando saco el tema, abrió la puesta de la primera, toda una sala de entrenamiento a excepción del rincón bastante amplio que suponía el laboratorio de pociones, sabía que a Zack le gustaban las pociones y las transformaciones, así que el hecho de que tuviese un laboratorio era de lo más normal – si, sobretodo esta zona de aquí – señale la que tenía el mayor espacio libre – es ideal para un duelo – lo mire significativamente, lo retaría a uno durante el verano y mi mirada se lo dejaba claro seguro que sería algo entretenido. Luego me enseño la habitación de enfrente, acogedora, perfecta para estudiar e incluso para tener pequeñas reuniones, se diese cuenta o no Zack había hecho de aquella habitación una especie de despacho para sus propios asuntos; el hecho de que compartiese esas habitaciones conmigo me hizo sonreír, con mirarlo sabía que eso venía de él era cosa suya – gracias – le dije.

Escuche lo que me dijo, no había contado nada a su padre, lo cual remarcaba un poco su independencia porque no me creía que de verdad no hubiese encontrado la ocasión de hablar con el sobre un tema por el estilo, de todas maneras yo no diría nada, sería cuestión de que el mismo se decidiese por un motivo u otro a contarle. Alce las cejas al escuchar aquel nombre, sabía perfectamente quien era – Vladimir Ivanovich es un hombre potencialmente muy peligroso, sobre todo si llegas a tenerlo como enemigo

Escuche lo que dijo Natalie de la estancia que le mostraba, le agradaba y además le había encontrado una utilidad bastante plausible – podría ser, dije; cuando tú quieras – sabía lo que sus palabras indicaban, eran un reto velado a tener un duelo conmigo, duelo en el que seguramente ambos pondríamos las condiciones que queríamos, por las que nos regiríamos, como una especie de acuerdo o contrato; de hecho sería algo refrescante que serviría para de alguna manera mejorar mis habilidades y probablemente Natalie también mejorase las suyas, quizá entrenar con mi prima pudiese llegar a ser productivo. Su agradecimiento era sincero, pero innecesario, yo le tenía mucho aprecio a mi prima por ello estaría con ella en lo que fuese, incluso más allá de lo que marcaba el protocolo familiar, más allá de la imagen política. Me importaba de verdad, y ella lo sabía, era algo que podía notarse.

Estábamos sentados ya cuando comencé a hablarse sobre el encuentro con el señor Ivanovich – esa fue mi impresión – murmure ante las palabras de mi prima que al parecer lo conocía y bastante bien – sé que Ivanovich trabaja en el ministerio, en el departamento de control y regulación de criaturas mágicas, sección bestias; estuvo en Hogwarts supervisando una serie de actividades de Cuidado de criaturas mágicas con grifos – mencione con algo de molestia, reconocía que había sido una excelente experiencia pero al mismo tiempo una clase con demasiado potencial peligroso que habría terminado en tragedia de no ser por las “peculiaridades” de la profesora Kynney – ¿De qué lo conoces tú? – le pregunte con cuiriosidad, Natalie había estudiado por tres años en Durmstrang, y Ivanovich en su momento había sido alumno de allí, lo más normal es que hubiese oído algo al respecto, pero parecía que ahí había algo más, como si al igual que yo lo hubiese conocido en persona.

Sonreí misteriosamente, un duelo con mi primo, y él había acertado; podía decirle que ahora mismo sin embargo ahora teníamos otros asuntos que tratar – te tomare la palabra – le dije, indicando claramente que aquello por mucho que me apeteciera se postergaría para otro momento, sino seria como si hubiese esperado a verlo para retarlo a duelo, cosa que no era así, pero encontraba productivo el enfrentar a mi primo en un duelo. Aunque antes de todo aquello tendría que hacer unos arreglos, resolver un par de asuntos como tomar posesión de la bóveda y adquirir una nueva varita.

Una vez acomodados en la sala de estudio de Zack, la conversación comenzó directamente en torno a la persona de la que había hablado de aquel torneo de los tres magos, Vladimir Ivanovich, un sujeto que en mi opinión era mejor no cruzarse con él y muchísimo mejor no tenerlo como enemigo; por los duros castigos que aplicaba en Drumstrang “crueldad” parecía ser su segundo apellido, por suerte yo no me vi en esos berenjenales, fui demasiado practica no desafiando a ese profesor en concreto – así que división de bestias – compuse una sonrisa irónica, aquel departamento le venía como anillo al dedo; solo una cosa estaba clara, si formaba parte del ministerio ahora debía ser tratado cara a la sociedad con muchísimo más respeto que cuando ejercía de profesor por lo que no me extrañaría verlo en determinados eventos socialmente importantes. Me fije en la expresión de mi primo, no sabía si se debía a Ivanovich o a la clase de cuidado de criaturas mágicas, pero por la tranquilidad con la que había hablado del primero deduje que su inmediata preocupación se debía a lo segundo, o a una mezcla de ambos - ¿Qué clase de criaturas?

Escuche su pregunta y guarde silencio, pensativa, seguramente él no lo sabría – fue profesor mío en Durmtrang, el más temido de toda la plantilla docente y también el mejor de ello; sus métodos bruscos, crueles y estrictos – agregue – disciplina y respeto a los superiores ante todo; una clara demostración que no todo es un camino de rosas, aunque quizá tras tenerlo como docente puede que si lo sea – termine mi breve descripción, bastante basada en mi experiencia y percepción - ¿Qué te dijo exactamente del torneo?¿qué te conto? – conocerlo con exactitud me ayudaría a aclarar los puntos que tuviesen que ser aclarados.

Sonreí, aquello era una especie de acuerdo entre los dos, no era necesario que nos citásemos ni llegásemos a un acuerdo sobre el día en concreto, en algún momento en el transcurso del mes ambos nos reuniríamos en aquella habitación para aquello; cuando ambos nos sintiéramos preparados y si no era este mes ya habría tiempo para ello. Tiempo para prepararnos, resolver nuestros asuntos y realizarlo tendríamos no de sobra pero para casi todo se puede sacar tiempo si uno sabe cómo organizarse.

No hice ningún comentario, solamente alce la ceja en cuanto Natalie murmuro aquello de “división de bestias” como si lo encontrase divertido u irónico, como si dispusiese de una información concreta que había el asunto gracioso, lo deje pasar ya lo compartiría conmigo cuando quisiera o me daría alguna pista de aquello que le había parecido tan gracioso. Hizo una pregunta, no creía que pensara desviar la atención con ella sino que realmente sentía curiosidad por la misma, por la situación que hizo que un funcionario del ministerio controlase una clase – Grifos – de hecho recordaba habérselo mencionado pero quizá con la mente centrada en la pieza clave del asunto a hablar había sido pasado por alto.

Escuche lo que dijo sobre Ivanovich, ciertamente lo conocía todo lo que un alumno puede llegar a conocer a un profesor y concordaba bastante con la impresión que me había llevado de él; suspire ante la pregunta de Natalie, iba a ser mejor comenzar por el principio que contarle únicamente ese retazo de información – bueno, verás; estaba aburrido y decidí dar una vuelta por el castillo terminando entrando en la sala de trofeos, allí estaba exhibido el trofeo de aquel torneo de los tres magos; yo ni siquiera me había dado cuenta que había alguien más en la sala – empecé a contar, consideraba que era mejor decirlo todo, o al menos todo lo que pensaba que era bueno comentar, decidí dejar a un lado la parte de la historia que hablaba sobre Vladimir y esa chica de Ravenclaw, por respeto más que por otra cosa – hice un comentario para mí mismo sobre que ese trofeo había sido ganado mediante política, era la impresión que tenía y lo que siempre había oído, el triunfo político de Gran Bretaña sobre los primitivos de Siberia, no conocía las circunstancias pero sí que en el momento en que se jugó esa copa había mucha politica en juego y el campeón de Hogwarts estaba muy secundado por ella – me detuve unos instantes a tomar un poco de aire – comenzamos a hablar sobre la situación y terminamos bajando al gran comedor a disfrutar de una comida – decidí saltarme también la parte en la que lo invite a decidir él el menú, no lo encontraba relevante – entonces comenzó a hablarme de las circunstancias en las que se dio el torneo, de los distintos campeones y de la novedad de aquel año, los asesores de los campeones.

Grifos, ahora que lo mencionaba me percataba que ya lo había comentado antes, fascinantes criaturas y también peligrosas – espero que no hubiese incidentes – comente, sabía muy bien lo peligrosos que podían llegar a ser los Grifos, era bestias completamente indomesticables y muy agresivos generalmente cuanto más mayores eran más fuerza tenían pero los jóvenes solían ser más inestables, orgullosos lo eran por igual jóvenes que ancianos pero los ancianos podían si querían controlarse un poquito, a pesar de eso eran bastante potentes; aquella clase debió ser excelente.

Alce una ceja, Zack comenzaba por el principio en lugar de ir al grano, me sorprendía un poco generalmente por lo que conocía Zack solía ser directo, preste atención a lo que contaba si comenzaba por el principio era porque lo consideraba importante, fundamental; asentí en cuanto a lo del juego político – eso no puede negarse, lo sabe todo el mundo, lo quieran admitir o no; podría negarse cara a los demás pero nunca para uno mismo – mencione, ganar determinados trofeos a nivel de competición era muy importante a nivel de posicionamiento político pero aquella fue un poco controvertida, sabía perfectamente y esperaba que mi primo también que había mucha más gente orgullosa de que se ganase sin importar como que gente que no lo estaba; era terreno enfangado, muy enfangado, que estaba bien conocer pero no meterse – continua – solicite, a ver en que deparaba todo esto

Me quede pensativo unos instantes antes de responderle o replicarle porque no era una pregunta como tal – digamos que el grifo que nos presentó la profesora se reboto un poco, junto con un par de alumnos de tercer año tras haberse acercado a él uno de cuarto que podemos clasificar como problemático; no hubo heridos pues la profesora intervino rápidamente pero no dejo de parecerme un poco imprudente la situación – observe, yo no me había acercado al grifo y no me arrepentía de tal decisión, me pareció lo más sensato que podía hacerse en aquel momento.

Natalie también parecía conforme en cuanto a lo del juego político, pero yo sabía bien que habría un gran número de personas que lo negarían, no porque lo negasen sino porque simplemente no habían captado ese pequeño matiz; todo o casi todo de la vida de las personas era política, mucho más las competiciones en las sé que juega el prestigio; tras escuchar su última palabra proseguí con lo que le estaba contando – me dijo que en la primera prueba se aprovechó de sus dificultades físicas debido a su altura para perderla a propósito y así estudiar los puntos fuertes y débiles de los campeones de Hogwarts y Bauxbattons – me detuve unos instantes, todavía pensando en lo buena que me parecía esa estrategia, lo que no me pareció tan bueno fue lo que siguió después – en la siguiente prueba les pusieron un circuito, diseñado para que cada cual tuviese su propio camino hacia el centro pero pudiendo cruzarse unos con otros en determinados puntos – pare unos segundos, aquello había sido fuerte incluso para mí, siempre habría horrores continuamente y sobretodo en los últimos tiempos, el habiente que había últimamente, los incidentes extraños; aparte eso de mi mente – Ivanovich me contó como Romanov atrapo a la campeona de Bauxbattons y como la torturo rompiéndole varios huesos; después la arrastro y le reventó el cráneo ante el campeón de Hogwarts solo para desestabilizarlo; posteriormente a este le secciono la medula con un diffindo – resumí brevemente, sabía que mi prima era fuerte y podría soportarlo, pero preferí no entrar en detalles – eso fue lo que en resumen me contó sobre aquel torneo - dije algo nervioso, al menos había con quien podía relajar la expresión de calma cuando lo necesitaba.

Frunci el ceño, sabía que los grifos se ponían agresivos, eran bestias completamente indomesticables, estaba bien llevar una a una clase para mostrarla a los alumnos pero de ahí a no tomar las medidas para evitar que se acercase a estos o permitir que los alumnos sin más se acercasen. Negué con la cabeza, no podía permitirme hacer un juicio sin antes conocer de primera mano, pero para mí la descripción de Zack por objetiva que fuese sin dar su opinión ni nada, era más que suficiente para a priori pensar que aquella profesora era una incompetente. Aunque lo del alumno problemático sonaba a que este había provocado al grifo y puesto en peligro al resto, me preguntaba que alumno seria, seguramente uno de la casa Gryffindor, conocía las características de las casas pese a no saber todavía en cual estaba, había hecho mi tarea, hace años y ciertamente muchos Gryffindor confunden estupidez y temeridad con valentía. Me sentí tetada a preguntar por el nombre del alumno y lo haría, solo que después, primero era lo más importante en la conversación.

Zack se limitaba a resumirme lo que le había contado Ivanovich, cosa que en parte agradecía ese hombre a la par que grafico era un tanto demostrativo y motivado por la crueldad por decirlo de alguna manera, si bien yo no estuve en Durmstrang desde primer año conocía aquella historia, todos en Durmstrang la conocían, pasaba de boca en boca, más nadie la había oído nunca de boca de Ivanovich, mi primo podría ser un privilegiado por ello, o quizás no tanto. El breve comentario de esa primera prueba por parte de Zack según las palabras de Ivanovich me hizo ver una cosa no había perdido esa prueba, la había amañado en su contra para saber cómo derrotar a sus oponentes – astuto, muy astuto – eso estuvo bien, ya que siendo “torpe para las pruebas” lo más seguro es que lo subestimaran, así que tenía un doble efecto. Asentí conforme a la descripción de aquella segunda prueba, parecía interesante, muy interesante; sabía que tras esa prueba había habido un muerto y un parapléjico pero no conocía los detalles, al parecer Zack si, ahora comprendía porque parecía algo raro en cuanto a la carta que me envío – definitivamente había otras formas de ganar ese torneo – opine, pues todo aquello era cierto - ¿no se te ocurre ninguna intencionalidad tras aquellos actos? Querer demostrar algo por ejemplo – la familia Romanov era bien conocida por Durmstrang casi una leyenda allí tenían mucho poder e influencia a pesar de haber perdido la mayoría, no es que lo supiera todo de esa familia, pero sabía lo suficiente

Termine de revelar a Natalie lo de la primera prueba, lo hacia todo brevemente para evitar entrar en detalles y revelar más de lo que me había propuesto revelar, sus palabras me hicieron percatarme de que al igual que a mi aquella me había parecido una buena estrategia, pero yo sabía algo o más bien lo intuía, esa estrategia le salía a quien sabía verdaderamente llevarla a cabo sin resultar demasiado obvio, yo dudaba que fuese capaz de desarrollarla, pero quizá fuese algo importante de aprender, al mismo tiempo me preguntaba si quizá Natalie era capaz de hacerlo, puede que lo fuera, sobretodo habiendo tenido como maestro a Ivanovich.

Relate lo referente a la segunda prueba, al menos lo más relevante a la misma, omitiendo mencionar lo relativo al baile ese de navidad y a la revisión médica con el falso “doctor” pues esas partes implicaban directamente parte de la intimidad de Ivanovich y eso en principio no venía al caso; fruncí el ceño ante el comentario de Natalie – por supuesto que pensé que debía haber un motivo para aquello, pero no le encontraba sentido a cual podía ser, tampoco es que preguntara – dije simplemente, quizá un poco más brusco de lo que pretendía - ¿tú sabes algo? – le pregunte directamente en tono calmado, había mencionado el demostrar algo, pero ¿el qué?¿qué podía querer demostrar con ello Alexander Romanov Padre?

Lo mire medio sonriendo medio extrañada parecía que se había alterado o que el tema en realidad no era asunto suyo, parecía que a Zack le gustaban los  misterios, extraño, no recordaba esa faceta suya – saber cómo saber no lo sé, solo lo que menciono uno de los que contaban esa historia a los de primer año, al parecer marco bastante a la escuela, por lo que se ese tipo era el hijo de uno de los presentes en ese torneo – le dije – según rumores fue por el móvil más viejo del mundo, o por una variación de este, digamos que había demasiada testosterona por parte de ambos por decirlo de alguna manera – lo mire directamente a los ojos esperando que captase el significado real de las palabras que le estaba dirigiendo algo así como una especie de adivinanza, los rumores reales eran que el campeón de Hogwarts estaba tras la chica del campeón de Durmstrang – los rusos suelen ser muy territoriales en todos los ámbitos – agregue para dejar las cosas más claras – de todas formas son solo rumores, lo más preocupante es que conversases con un tipo como Ivanovich no lo que paso en ese torneo – añadí resolutivamente no quería seguir hablando del tema, tampoco es que supiera mucho más del asunto en si.

Decidí cambiar de conversación, más bien de tema de conversación compuse una sonrisa pícara – cuéntame sobre esa chica que has conocido – le dije directamente – y no te salgas por la tangente como sueles hacerlo – no deje de mirarlo, puede que lo incomodase un poco con aquello, pero realmente quería saber sobre quien había conseguido ser tan especial para él porque si fuese una mera amistad ni lo hubiese mencionado hasta que nos hubiésemos encontrado con esa persona.

Al llegar a la planta lo encontré todo hecho un caos, al parecer uno de los novatos había decidido por cuenta propia resolver unos temas burocráticos con los permisos para los trasladares internacionales y había armado una de las buenas; me encargaría de que fuera despedido de inmediato, una cosa era aceptar que hubiesen incompetentes en el departamento, el ministerio estaba lleno de ellos y al parecer cada departamento debía tener unos pocos – indemnizaras de tus bolsillos a todo aquel que hayas ocasionado problemas con el transporte – le fríamente informe antes de pasar a mi despacho a solucionar el problema, para lo cual debía trabajar con la oficina de trasladares. Tras un par de horas, consiguió resolverse la parte más gorda del problema, el programar los trasladores a esos sitios tal cual estaban pues la “orden” del metepatas había sido traerlos todos aquí sí o sí. Al menos esa parte competía a la oficina de trasladores; por mi parte debía escribir a todos y cada uno de los afectados pidiendo disculpas por las molestias ocasionadas en nombre de mi departamento y citándolos para que se pasasen por la oficina de trasladores actualizar sus documentos por si se había perdido alguno; como detestaba tener que disculparme, tendría que haber sido el inútil quien lo hiciera. Mi faena estaba terminada, iría a tomar algo y regresaría a casa, tenía asuntos que tratar con Zackary, por suerte yo tenía menos faena que los de la oficina de trasladores tras el lio armado – recoge tus cosas y vete – le ordene antes de marcharme, no quería incompetentes como este en mi oficina – espero que aprendáis de la impericia e ineptitud de este sujeto – dije fríamente – y de cómo se paga.

Me aparecí en casa y fui directo al despacho principal, el que utilizaba para todo el mundo que se encontraba en la planta baja, el otro solo era para las amistades más allegadas o para cuando la ocasión lo ameritaba, pero siempre había recibido a mi hijo en ese despacho y así seguiría hasta que demostrase que merecía entrar en el otro – comunícale a Zackary que lo espero en el despacho – le indique a uno de los elfos antes de entrar en el despacho. Me acomode en mi sillón tras el escritorio sirviéndome un generoso baso de Wisky con hielo y dejando otro preparado para Zackary – Veamos a ver con que me vienes – susurre mientras aguardaba su llegada.

Escuche atentamente lo que dijo Natalie, eran rumores y sabía que de los rumores no había que fiarse por completo, pero bien podían ser acertados por exagerados que fuesen; entendía en parte que tuviese una especie de pique con el campeón de Hogwarts por eso, pero la campeona de Bauxbatons por mucho que lo quisiera desestabilizar mentalmente al otro matarla fue excesivo, seguro que sería más que impactante el estado en el que estaba; reflexionando sobre eso me entro una nueva duda, sobre todo tras el comentario sobre la territorialidad de los rusos y el comentario sobre la peligrosidad de la conversación con Ivanovich – una cosa, ¿la agresividad es hereditaria? – le pregunte, pensando precisamente en los arranques de descontrol de cierto compañero de clase, quien no había llegado a ponerse agresivo pero le había faltado poco.

Desvié la mirada unos instantes, no estaba preparado para hablar de esos temas, eran importantes para mí y también algo íntimos, levante la mirada y compuse una sonrisa misteriosa – es inteligente, amable, dulce... es perfecta – dije simplemente, no dispuesto a revelar más todavía, sabía que podía hablar con mi prima de cualquier cosa pero por el momento prefería no tratar eso; sobre todo porque si seguía hablando no podría ocultar la preocupación y no quería preocupar a Natalie, bastante tenía ya con su propia tragedia de la que estaba seguro no quería hablar.

No tuve que hablar más, fuimos interrumpidos por uno de los elfos, en parte fue un alivio, era una buena forma de eludir la conversación, pero por otra parte, comportaba tener que acudir al despacho de mi padre a hablar con él, asentí al elfo domestico con una sonrisa, era amable con ellos siempre que mi padre no estuviese cerca - ¿me disculpas? – le dije educadamente a mi prima, tanto ella como yo sabíamos que no podía demorarme en atender ese llamado. Camine con calma, pero sin demorarme en acudir al despacho, traía conmigo la lista con los invitados y distribución, tenía por seguro que la pequeña reunión trataría sobre eso, era lo que se había mencionado en el desayuno, y puede que de algo más, solo mi padre lo sabía, toque a la puerta que estaba abierta para anunciar mi llegada – ¿me mandaste llamar, padre?.

Me distraje ojeando el diario “El Profeta” que había adquirido en el ministerio de magia, si no lo había leído en el ministerio había sido por falta de tiempo resolviendo el entuerto ocasionado en el ministerio, en el periódico, nada interesante ni digno de mención lo que por el momento podían tan buenas noticias como malas según se mirase y lo que se buscase o se querría ver o no en dicho diario; alzo la cabeza al oír tocar a la puerta, su hijo y único heredero estaba allí, haciendo gala de buena educación como le había enseñado y como parecía que en los últimos meses aplicaba más que nunca – pasa y siéntate – le ordene mientras serbia wisky en el vaso que había dispuesto para él, sabía que la bebida no le agradaba, lo había dejado bien claro en la última conversación importante que habíamos tenido – espero que hallas tratado a tu prima como se merece – dije en cuanto se sento; aparte el periódico, esta vez no cerre la puerta del despacho, no tenía sentido no iba a ser espiado en mi propia casa además que tampoco es como si fuese a tratar con Zackary temas de dudosa legalidad, por el momento - ¿hiciste tu lista?