After Digi-world {Digimon Fanfic +18 (?)}

Personajes: Los ocho niños elegidos de Digimon Adventure. Todos ellos cómo adolescentes de instituto. Michael, el chico estadounidense; así cómo algunos personajes de mi propia invención.
Autor: Mi querida roleplayer, usuaria o cómo quieran llamarle a la persona que está detrás del monitor controlando mis acciones (Princezzexpink, Pinkishicecream, BarbieRock, HystericBarbie... nunca se decide por alías).
Para aquellos que lleguen a pensar que "desvirtuo" el buen nombre de la serie o que escribo esto en plan hater: Está historia la escribí hace algunos años, cuándo tenía 14 :')  Transcribí la historia tal cuál está en mi viejo cuaderno xD  Me he visto todas las temporadas de Digimon, así cómo OVAS, poseo OST originales, un digivice, videojuegos y demás chuches referentes a la serie. Así que... sí, soy fan de la historia y todo lo que ella conlleva. Sólo me divertí un rato escribiendo este fiction.

Momento I

"La juventud es el momento más importante en la vida de todo ser humano, así cómo el más duro. Es cuándo aprendemos lo difícil y maravillosa que es la vida; cada una de nuestras decisiones tomadas durante esta bella época repercutirán directamente en nuestra vida adulta. Algunos, cómo en el caso de mi amigo Joe, se pasan los días enteros estudiando, viviendo estresados para prepararse por el futuro; otros tantos son más relajados en apariencia, pero en el fondo de ellos mismos, luchan con todas sus fuerzas por conseguir sus metas y sueños, cómo Yamato, mi mejor amigo, quién con su banda han logrado abrir grandes espectáculos y comienzan a sonar en las radios de la ciudad. Y finalmente yo... bueno, yo existo. Vivo el día a día cómo viene, sin preocuparme por nada."

El chico de la melena alborotada color chocolate se relaja sobre su pupitre, sin prestar atención a la profesora de álgebra. Los números nunca han sido lo suyo, ni las ciencias... es decir ¿Qué era lo suyo? Realmente no mucho, sólo los deportes ¿Para qué aprender de más cuándo existen jugadores tan ricos y famosos? Sinceramente para nada.
La profesora termina de apuntar en la pizarra, se gira para quedar de frente a la clase y lanzarles una mirada examinante. Alza su índice y señala al moreno... -¡Yagami! - exclama finalmente, decidida a que el peor de la clase sea quién muestre a todos cómo resolver el ejercicio. El pulso del moreno comienza a acelerarse, no tiene la menor idea de lo que está en la pizarra. Simplemente pasa de curso gracias a los deportes y la falta que hace su presencia en el equipo de soccer. Yagami se pone en pie, y camina directo al frente del aula, su expresión parecida a la de una oveja en el matadero. Coge la tiza entre su temblorosa diestra, la profesora muestra una sonrisa ladeada en su rostro de bruja, sabiendo que pondrá en ridículo al jugador más brillante de Odaiba. Antes de siquiera hacer un intento, la buena suerte del muchacho actúa, alguien llama a la puerta y la victimaria mujer no tiene más remedio que permitir el acceso a la distracción. -Vuelve a tu asiento, vienen a dar un mensaje -. No tiene que repetirlo cuándo el muchacho ya se ha ido; son ahora dos chicas del aula de junto quiénes ocupan el frente del salón y la atención de los estudiantes de sexo masculino.

-Cómo todos saben, el baile anual del Instituto Odaiba no tarda en llevarse a cabo. Esta vez será en el gimnasio - cómo siempre, mejor dicho -y deberán ir acompañados por una pareja. No tarden mucho en hacer su elección o pueden ganar a las mejores chicas - advierte risueña la muchacha, lanzando una mirada indiscreta hacía el rincón del salón, dónde un apuesto rubio de ojos esmeralda se encuentra sentado; él corresponde a la sonrisa de un modo ladino. -Con permiso - las dos anunciantes se retiran. Apenas cerrar la puerta, dentro del aula todos comienzan a murmurar, alegres por el próximo festejo.

"¿Recuerdan cuándo mencione que no me preocupo por nada? Pues mentí. Sí, hay algo que me preocupa, me pone los cabellos de punta (¿más?), y nunca en mi vida he podido conseguir. Chicas.
Las chicas me resultan incomprensibles, pueden llegar a ser las mejores amigas pero cuándo uno menos se da cuenta se encuentra atrapado por sus encantos, y es entonces cuándo uno se pregunta "¿Y ahora qué?" Durante la mayor parte de mi niñez me encontré "enamorado" de mi mejor amiga, Sora, la pelirroja encantadora, risueña y alegre... a veces. En ocasiones ella y mi hermana menor confabulan en mi contra, haciéndome ver mi propia suerte. Sora me dejo en claro que lo nuestro no podía ser, y comenzó una relación con mi mejor amigo, Yamato. Mi hermanita es cosa aparte... guapa, popular, inteligente, regañona. Ella es muy popular con los chicos, pero siempre le ha sido fiel a Takeru. Tal vez algún día consiga una relación como la suya. Luego de haber sido rechazado por Sora, he vivido desactivado de asuntos románticos. Nunca soy lo suficientemente audaz para decirle a una chica que me gusta."

El almuerzo es la hora preferida de los estudiantes, pueden socializar, saciar su apetito y ver a los profesores cómo lo que son realmente "personas". Hoy debido al ajetreo del baile escolar, la cafetería parece un verdadero mercado, siendo necesario gritar para poder escuchar los propios pensamientos. Nuestro moreno llega a una mesa llena de conocidos. La simpática Hikari Yagami, su hermana menor, le ha dejado un asiento junto a ella. -Tai - saluda ella, no de muy buen humor -Sora me ha dicho que nuevamente no prestaste atención en clase. Le diré a mamá -  sentencia ella, ocupada dándole pequeños bocaditos a su novio, Takeru. Frente a ella, la pelirroja saca la lengua en actitud juguetona. -Lo siento, Tai. Debo darle tu reporte a Kari sin falta - se excusa. Taichi rueda los ojos con fastidio, acostumbrado a las confabulaciones y chantajes de ambas chicas. Izzy, su amigo "autómata" se encuentra bastante ocupado con su nuevo portátil y no presta atención a los presentes. Yamato no ha llegado aún, curioso, siendo que fue el primero de la clase en salir. Joe seguramente se encuentra en la biblioteca; y Takeru... el pequeño novio de su hermana se encuentra embelesado con su bella novia. ¿Dónde esta ella? La única de sus amigas a quién nunca entenderá, y quién no tiene un grupo especifico para estar. Suelta un suspiro y comienza a comer su extraña mezcla de guisado de cafetería. -¿Ya le has dicho? - pregunta su hermana en un susurro, cubriendo su boca con la palma de su mano para evitar que alguien más le  escuche. El moreno parpadea varias veces, extrañado de la pregunta repentina -No me veas así, tú sabes bien a lo que me refiero - agrega -Sino le dices, entonces yo le diré a mamá sobre tus notas bajas y sobre cómo casi te impiden seguir en el equipo... - ríe por lo bajo, dejando a Taichi pasmado. Ya entendía a lo que su "angelical hermanita" se refería, pero era demasiado tímido para llevarlo a cabo. Decirle a una chica que se tienen sentimientos nuevos por ella es más complicado de lo que parece. Desganado picotea su comida con el tenedor, eso ni siquiera era comestible para alguien con su apetito.

-¡Hola, chicos! - saluda una voz femenina detrás de ellos, cargando una enorme caja de pizza. Sora, Hikari y Takeru saludan a la fémina dueña de esa voz. -Izzy ¿no vas a saludar? - pregunta ella, indignada  -Lo siento, creí que al compartir clases no tenía porqué saludarte aquí. Hola - responde él, sin apartar la atención del portátil. La ofendida muchacha deja la caja de pizza sobre la mesa y en un acto de maldad pura, cierra el portátil del chico y se sienta a su lado. -Me han invitado al baile - informa ella.  Hikari voltea a ver a su hermano por el rabillo del ojo. -Pero he dicho que no, aún así me han regalado esta pizza familiar, cómo es mucho para mi sola vine a compartirla con ustedes. Dejen ese guisado horrible a un lado, es tiempo de pizzas - todos con excepción de Izzy cogen una rebanada. Taichi agradeció la comida con un leve movimiento de cabeza, sintiendose inseguro de alzar la mirada.
-Has corrido con suerte esta vez, Taichi Yagami. Ya sabes lo que te conviene... o le dices a la chica o yo le digo a mamá - amenaza nuevamente ¿Dónde quedó la Hikari linda? Las hormonas adolescentes están terminando con ella.

Ah :-) , digimon.... Me encanta

Zackary Wins escribió:Ah :-) , digimon.... Me encanta

Digimon es uno de mis animes favoritos <3 lo vi cuándo era pequeña y al día de hoy lo sigo viendo cuándo me entra la nostalgia :oops: 


La campana de la escuela ha sonado, haciendo con ello que los cientos de alumnos comiencen a retirarse. Algunos regresan a sus casas, luego de una larga jornada de estudios, otros más se quedan en el Instituto para llevar a cabo actividades de sus clubes deportivos.

El flamante capitán del equipo de soccer se encuentra aún en su casillero, ordenando sus libros y sacando sus tacos nuevos. Seguro que con ellos hará unas jugadas increíbles.
-Veamos...  "oye, aún no tienes pareja para el baile ¿cierto? Yo tampoco, ¿qué dices de hacernos compañía mutua?"- frunce el ceño, y menea su cabeza con efusividad, en una notable negación. -Sigue sonando desesperado - admite alicaído. Pega su cabeza contra la puerta de su casillero, y a su memoria vienen las tétricas palabras amenazantes de Hikari. "Ya sabes lo que te conviene... así que le dices a la chica o yo le diré a mamá".  ¿Cómo alguien tan bonita llegaba a ser tan aterradora? Carraspea su garganta, debe seguir practicando si desea salir con la chica de sus sueños. -"Iré al grano, quiero invitarte al baile... ¿Qué dices? ¿Sí o no?" -

-Ya que me lo has pedido al fin, claro que acepto ir contigo... Tai -

Imposible. Su ensayo de petición ha obtenido una respuesta, y no cualquier respuesta, es un "SÍ". Un "sí" de una chica. Tai traga saliva, un nudo del tamaño de una casa se ha formado en su garganta, arrancándole de tajo la voz. Despega la cabeza del locker, y aún inseguro, da media vuelta para observar a su cita. Ante él se encuentra la dueña de la voz más dulce del mundo, cuyo encanto haría sentir celosas a todas las mujeres del universo. No lo puede creer. Lleva una de sus manos hasta los ojos, tallando un poco y volviendo a mirarla... no se trata de un sueño; ella está ahí, tan real... y ha aceptado ir con él.

-No me veas así. Justamente Hikari me dijo que querías hablar conmigo después de clase... creí que tú... - sus mejillas se han sonrojado, y ha agachado su mirada color avellana. Sin duda luce mucho más linda cuándo esta apenada -...Lo siento mucho, ha sido un mal entendido - su voz comienza a sonar temblorosa. Taichi no puede permitir que la muchacha se sienta mal; ya después se las cobraría a su hermana.
-No hay un mal entendido - le dice, tomándola de la mano por primera vez desde hace mucho tiempo. La pequeña mano de la joven encaja perfectamente entre su mano de hombre, y la sostiene con fuerza para evitar que tiemble, transmitiéndole su calor, y con ello, los muchos sentimientos que han nacido dentro de él  a lo largo de años de amistad y compañerismo. -Acude al baile conmigo, Mimi -.

"No sé que es lo más atrayente de Mimi. ¿Su ingenuidad? Probablemente. Mimi es preciosa, y lo sabe, saca provecho de vez en cuándo de ello, pero nadie puede molestarse con ella. Nunca. Es bastante caprichosa y hóstil cuándo se lo propone, pero insisto, nadie se puede enojar con ella. No por mucho.
Estábamos allí, en los pasillos del Instituto, sin saber qué cosa seguir. Sus labios y sus manos temblaban, coincidiendo con el latir de mi corazón. Qué ganas de abrazarme a su delicada figura y jamás dejarla salir. Protegerla... mimarla; pequeña princesa de ojos avellana."

-Yo también quería invitarte, Taichi - suelta ella, apenada. Acerca su rostro al del moreno, parándose en puntillas y dándole un suave e inocente beso en la punta de la nariz. -Supongo que estarás ocupado con el equipo, ya nos veremos después. Adiós - tan repentinamente cómo llego, se marcha. Dejando al muchacho sonriendo cómo un estúpido. Aún sin terminar de comprender completamente todo lo que ha sucedido. La chica que le gusta... Pensaba invitarle también ¿Qué podía significar aquello?

Al otro lado del instituto, cerca del gimnasio y detrás de los frondosos árboles de cerezo, Yamato besaba apasionadamente a Miyuki, la muchacha que durante la mañana acudiera a dar la noticia del baile.
-Entonces Yamato ¿Iremos juntos al baile? - pregunta ella, al tiempo que abrocha su saco estudiantil. Parece que los besos no fueron lo único que hubo durante su encuentro.
-¿Estás loca? - pregunta irónico -Yo no te invitaría. Cielos, Miyuki, eres la chica más puta de la ciudad... Ni en sueños saldría con alguien tan fácil cómo tú - agrega sonriente. Ella le mira con molestia pero no dice más. Miyuki sabe bien la clase de fama que se carga, tiene suerte de poder compartir tiempo con Yamato, el más envidiable de todo el instituto. Suspira -Entonces ¿puedo saber con quién vas? ¿Acaso pretendes volver con la mojigata de tu ex? (Sora) -
Yamato la mira con indiferencia y se marcha. -Lo siento, toca ensayo con la banda. Nos vemos - se despide sin detener su camino.

Yamato Ishida gozaba de un maravilloso noviazgo con Sora Takenouchi, la única chica que se ha resistido a entragarsele. Pero no, definitivamente no deseaba ir con ella al baile... el esperaba la compañía de una chica a su "altura"... qué además causase el mismo daño que años atrás causo su relación con la pelirroja a quién hacía llamar su Mejor Amigo.

todavía no me creo que con lo lanzado que es tai para algunas cosas tenga miedo de pedirle una cita a una chica; menos mal que esta su hermanita para ayudarle

Zackary Wins escribió:todavía no me creo que con lo lanzado que es tai para algunas cosas tenga miedo de pedirle una cita a una chica; menos mal que esta su hermanita para ayudarle

JAJAJA! Zackary, de hecho es algo irónico... digo, su emblema es "el valor", y nunca jamás de los jamases le dijo a Sora lo que sentía por ella (bueno, en un OVA accidentalmente estuvo a punto de hacerlo). Aún así le adoro, ¿se nota que es mi personaje favorito?

Momento III

Los ánimos del primogénito Yagami estaban a tope, no terminaba de creerse lo que había sucedido en los pasillos. Mimi Tachikawa aceptó ir al baile con él, de la forma más inesperada posible. Durante todo el entrenamiento había llevado a cabo su papel de capitán de una manera formidable, corrigiendo los errores del equipo, y anotando más goles que nadie. Aunque sentía un leve atisbo de enojo por la forma de actuar de Kari, era mayor el agradecimiento por haber formado todo aquel plan. Caminaba de regreso a casa, recién bañado y con su nueva colonia puesta por primera vez. Su buen humor se notaba a kilómetros de distancia.

Llega a su casa, sorprendiéndose de encontrarla sola. Su padre debe estar en el trabajo, su madre le ha dejado una nota en la nevera, explicando que ha salido con sus amigas y que ha dejado un poco de ramen en el horno de microondas. Hikari seguramente estaba con Takeru. Decidió que ni siquiera la comida de microondas le arruinaría el día. Encendió el aparato y enseguida fue a su habitación para llamar por teléfono a su amigo y darle las buenas noticias. -Seguro que Matt no se lo esperaba - piensa bastante animado. Marca el número del móvil de su amigo, esperando a que la llamada sea recibida. Matt siempre tarda en responder, por lo que no le sorprende en lo absoluto.


**** Estación del subterráneo.
Sora espera con impaciencia el tren, las practicas con el equipo de tennis han terminado un poco más tarde de lo usual, y su madre la necesitaba con urgencia para ayudarle con la tienda. Golpea repetidamente el piso con uno de sus pies, impaciente.
-Sigues igual de ansiosa que siempre  - comenta Yamato. El rubio vestía su uniforme todavía, y cargaba a sus espaldas con la guitarra. Sora le mira con una ceja arqueada. Su relación amorosa no termino precisamente bien, pero por la amistad que les une han intentado que todo siga cómo antes. Aunque para ella resulte doloroso. No es fácil olvidar una traición.
-Ya ves que sí. Las malas costumbres son siempre lo más difícil de dejar - se encoge en hombros, claramente su comentario esta cargado de resentimiento.
-Sora... creí que tú y yo eramos gente civilizada y que ya todo había quedado claro -
-Todo está claro, Yamato - sonríe de forma cínica.
Los ojos esmeralda del chico ruedan con fastidio, pero decide no dar más vueltas al asunto.
-Bueno ¿No deberías estar al otro lado de la estación? - pregunta él, intentando cambiar el tema. La chica vive en la dirección contraria a él, por lo cuál debería estar en el anden de enfrente, no en el mismo. Ella busca algo en su bolso y se lo muestra.
-Hoy he acompañado a Mimi al... cosas de chicas, me pidió que le guardara esto mientras se maquillaba  - era un cuaderno forrado en color rosa palo -supongo que le necesita y pensé en pasar a dejárselo. Ya que tu vives cerca ¿Podrías hacerme ese favor? Mamá me necesita y ya voy retrasada- le hace ojitos de cachorro hambriento. Matt se ríe pero coge el cuaderno en manos.
-Vale, vale, ya que lo pides así, lo haré -
La muchacha salta de felicidad y le palmea el hombro, agradecida.
-Entonces gracias. Nos vemos - corre hacia las escaleras, para pasar al anden de junto.
Yamato observa con atención la pasta del cuaderno. Una excusa perfecta para visitar a Mimi e invitarla al baile.  Su teléfono móvil vibra en el bolsillo de su saco, lo coge y observa la pantalla, viendo el nombre "Yagami" en su identificador. Cuelga la llamada sin responder -Lo siento, vuelvo a ganarte a la chica - murmura burlón. Abordando al tren que justamente acaba de llegar.

Flashback...
Un Taichi de 13 años conversa con un Yamato de la misma edad, en una heladería. La mesera acaba de traer las malteadas y panqueques. El moreno observa con ilusión el plato, cogiendo tantos panqueques cómo le son posibles y comienza a untarles jalea; por su parte, el rubio le observa con detenimiento, intentando con todas sus fuerzas por sonreír.
-¿Te pasa algo? - pregunta Yagami con la boca llena. Su amigo no dice nada, se limita a observar por el ventanal. -¡Es Sora! - exclama el comilón y mira con una enorme sonrisa a su amigo -¿La invitaste? Qué bueno - el dueño del emblema de la amistad únicamente mueve su cabeza de forma afirmativa. Taichi intenta inútilmente de peinar sus alborotados cabellos, se trata de su mejor amiga y no sólo eso. LA CHICA QUE LE GUSTA, la chica que le ha gustado desde el parvulario.

Sora llega hasta su mesa, luce muy seria; casi igual de seria que el rubio. Toma asiento junto al chico de cabellos dorados y suspira.

-¿Se encuentran bien? - pregunta confundido Tai, sin comprender el cambio repentino de actitud. No pueden estarla pasando mal, son los mejores amigos y cómo tales se cuentan todo. Después de todo, han vivido situaciones tan fuera de lo ordinario que simplemente aumentaron sus lazos... o al menos eso cree él.
La chica es la primera en actuar, moviendo su mano sobre la mesa hasta encontrarla con la mano del chico que tiene junto a ella, Matt. Taichi continúa sin sospechar nada, son amigos, cogerse de la mano es normal. El rubio sigue sin hacer o decir nada, pero tampoco se niega al contacto físico con la chica.
-Taichi... - comienza a pronunciar la pelirroja, pero las palabras no quieren ni pueden salir. Ha sabido de buena fuente de los sentimientos que su amigo tiene por ella, lo que hace más complicado el momento. Suspira hondo y voltea a mirar a Yamato, quién únicamente la sonríe. Sora asiente moviendo su cabeza -Matt y yo... desde hace un mes, cuándo te fuiste a Kyoto... comenzamos a salir. Nos queremos mucho y necesitábamos decírtelo -  termina de hablar y su novio le da un abrazo, protegiéndola del trago amargo que acaba de pasar.

Tai se ha quedado sin habla. Mirando a los enamorados abrazarse. Maldijo internamente sus vacaciones, maldijo a Yamato y se maldijo a si mismo. Si tan sólo no hubiese ido a vacacionar... si tan sólo le hubiera confesado a Sora lo mucho que le amaba. Oportunidades las había tenido y de sobra, incluso Hikari decía que su babeo por la chica era correspondido. Las lagrimas comenzaron a amenazar con aparecer, pero no lo permitió. No dejaría que le vieran destruido, y tampoco podía odiarles; antes que nada eran sus mejores amigos. Eran la "trifuerza", y, sí ellos habían encontrado el amor, no le quedaba más que desearles felicidad.  Tragó saliva y esbozo una sonrisa. La sonrisa más falsa que jamás se hubiera formado en sus labios.

-Me alegro por ustedes - dijo él.
Sora saltó de su asiento, alegre, y fue a abrazarle. -¡Muchas gracias, Taichi! - le apretujo con fuerza, sin imaginar si quiera que con ese abrazo le estaba terminando de destruir.
Yamato simplemente sonrió, aparentemente agradecido.

Fin Flashback.

El rubio sale de la estación de tren, y camina en dirección al edificio dónde se encuentra el departamento de la familia Tachikawa -Aunque hayas aparentado que aquello no te dolió, yo sé que sí. Te voy a demostrar nuevamente que soy mejor, ya lo verás, Yagami - continúa su camino, imaginando nuevamente la expresión de tristeza en los ojos de su "mejor amigo".

Matt es un ppco cerdo en esta historia; apartede ser un engreido, me da la sensacion de que se cree superior

Zackary Wins escribió:Matt es un ppco cerdo en esta historia; apartede ser un engreido, me da la sensacion de que se cree superior

Mi querido Yamato ha sido deformado :c

Momento IV

Ajena a cualquier circunstancia, se encuentra Mimi en casa, ha terminado la limpieza de su cocina y ahora se dirige a la recamara para realizar su tarea escolar. Durante toda la clase ha estado distraída, pensando en el moreno de alborotada melena. Taichi Yagami llevaba viviendo en su cabeza desde hace algunos meses, siempre le había visto cómo quién ve a alguien especial, pero nunca supo que aquello era amor. Cogió sus libros y con fastidió comenzó a leer. Física, cuánto detestaba la física.

-Debí haber quedado con Koushiro para que me ayudara  - se dice, aburrida. Saca su teléfono celular de su bolsillo y presiona el número 2 durante un breve periodo de tiempo, siempre tenía el número de su salvador académico en el marcado rápido. La aburrida voz de Izzy se escuchó al otro lado del auricular, no sonaba muy vivo... lo usual. El único modo en que Izzy era feliz era estando frente al monitor. -Emh... ¿Koushiro? Habla Mimi, necesito un poco de asesoría con física. Página 44...  - su amigo la interrumpe casi de inmediato.
-Lo siento, tengo algo que hacer hoy -
La castaña enmudece, arquea ambas cejas y forma una sonrisa pícara en el rostro.
-¡Te pille! Aceptaste salir con Tomoe. Qué feliz soy, Koushiro al fin eres un chico normal - la vena cotilla de Mimi es dificil de ocultar, comienza inmediatamente a abordarle con todo tipo de preguntas "¿Cómo fue que aceptaste?" "¿Te gusta?"  El muchacho respondía con monosílabos; curiosamente ella no se molesto -cómo hacía siempre que su amigo se comportaba así- Estaba radiante de que él finalmente comenzara a divertirse con personas fuera del monitor. Finalizaron la llamada, justo antes de que alguien tocará el timbre.
-¡Voy! - exclama, poniéndose en pie para ir a abrir.

Se sorprende de ver a Matt. Es su amigo, aunque nunca nunca han sido demasiado cercanos. Asoma su cabeza por el arco de la puerta, esperando que alguien acompañase al rubio, quedando aún más sorprendida al saber que iba sólo. -Qué sorpresa - dice finalmente ella, con una sonrisa. Se hace a un lado para que el pudiese pasar.
-No esperabas verme ¿eh? - pregunta él, bastante risueño. Ya ha estado antes en la casa Tachikawa... pero nunca sólo. Se sentó en un sofá, poniéndose cómodo de inmediato.
La chica cierra la puerta y niega con una sonrisa -La verdad es que no, nunca me habías visitado...  ¿A qué se debe...? - su pregunta es interrumpida, Yamato saca su cuaderno de la mochila y se lo muestra.
-Sora me ha pedido que trajera esto, y cómo me queda de paso - explica encogiéndose en hombros.
Ella ensancha su sonrisa -De todas maneras me alegro de tenerte en casa ¿Ya has comido? - pregunta al notar que su amigo sigue vistiendo el uniforme. Probablemente no ha llegado antes a casa.
-Comí con la banda - responde -Pero además, hay algo que me gustaría decirte... - la muchacha se sienta en el sofá frente a él, mirándole atentamente. Yamato aspira profundamente y junta sus manos a la altura de su pecho, pensativo. -Me gustaría que fueses mi compañera, Mimi, no sólo en el baile, sino de todos los días. Me gustas. Me has gustado mucho desde hace tiempo y... - se detiene al notar un cambio radical en la expresión de la castaña. Se la ve preocupada, incluso podría decirse que un poco aterrada. -¿Te encuentras bien? -
-Esto es muy incómodo... - suspira -A mi me gusta Tai, y justo hoy me ha invitado al baile. Lo siento - agacha la mirada, y juguetea distraidamente con sus dedos índice. Nerviosa. No conoce muy bien la historia sobre el romance del rubio con Sora, pero sabe que ahora podría estar ocurriendo una situación similar.

El rubio se pone en pie de inmediato, cogiendo a la chica por los hombros, comenzando a zarandearla de forma colérica.  La chica sigue sin darle la cara, acción que enciende aún más la furia del rubio. Los zarandeos suben de tono, empujándola contra el sofá, haciéndola caer recostada sobre dicho mueble.
-Matt... detente. Lo siento... - chilla ella.
Una carcajada por parte de Matt resuena en la habitación, haciendo que Mimi le de la cara. El flequillo rubio cubre los ojos esmeralda del chico, dramáticamente, haciendo que la única expresión visible sea su enorme sonrisa, mostrando sus dientes. Mimi detiene su llanto, dejando que la última lagrima ruede por su mejilla. Él se acerca nuevamente a ella, y le da una bofetada, tan fuerte que un hilillo de sangre hace presencia en el pómulo izquierdo de la aterrada castaña. -¿Qué te pasa! No tenías porqué...  - intenta enderezar su cuerpo del sofá, pero él nuevamente hace uso de su fuerza y la empuja.
-Quédate ahí, vas a ser mía, quieras o no - sentencia. Baja la bragueta de su pantalón, mostrando el color de su ropa interior.
-¡Estás... estás loco! ¡Demente! ¡Aléjate de mi! - grita la atemorizada muchacha.
Yamato continúa riendo; distracción que aprovecha Mimi para coger la funda con la guitarra de Matt y golpearle con ella en la cabeza. El chico cae al suelo, y la acción de la joven no se hace esperar. Se levanta del sofá, corriendo hasta su habitación y encerrarse en ella.
Se encuentra a salvo temporalmente, pero continúa horrorizada por lo que acaba de presenciar. Jamás en la vida imagino que alguno de sus amigos fuera capaz de cualquier cosa. El corazón le da un vuelco cuándo comienzan a golpear la puerta de su habitación. Esa única pieza que la separa de un enloquecido muchacho.
-¡Sal de ahí, zorra! Me pagarás la guitarra - los golpes se vuelven más fuertes, así cómo los gritos. Mimi comienza nuevamente a llorar, tapando sus oídos para dejar de escucharle -¡Qué salgas te digo! No me obligues a tirar la puerta, porqué si lo hago te irá peor... ¡Abre!  -
-Vete o llamo a la policía! - responde ella. Los gritos cesan al mismo tiempo que los golpes en la puerta. Suspira, creyendo que con eso aquella pesadilla terminaba.
-De acuerdo - dice el muchacho desde el otro lado de la puerta -Haz ganado está vez, Tachikawa - admite -Pero más te vale alejarte de Tai si es que te gusta vivir. Está vez he actuado impulsivamente, pero te juro que para la próxima vez todo estará planificado y tú... tú vas a caer -
Mimi se cubre la boca, espantada.
-Y no se te ocurra decirle esto a nadie, o tus padres estarán incluidos en esto. Nos vemos -  lo siguiente en escucharse es el sonido de la puerta principal cerrándose.

-¿Qué voy a hacer? - se pregunta Mimi, sin tener ninguna idea de cómo enfrentarse a todo lo ocurrido. Podrá ser amiga de Tai, incluso su cita para el baile. Pero Yamato es su mejor amigo ¿A quién iba a creerle él? Contra su mejor amigo, claramente ella tenía las de perder. Se echó sobre su cama y volvió a llorar, llena de impotencia y completamente frustrada. Taichi le gustaba, le adoraba con locura desde que era niña, no le parecía justo tener que alejarse de él.

Yamato sale del edificio, tan tranquilo cómo siempre. Su móvil vuelve a sonar, lo extrae del bolsillo y sonriente lee el nombre de quién le llama. -Taichi, colega - saluda.
-Matt te llamo porqué debo compartirte mi felicidad -
El rubio aguanta la risa -Cuéntame, soy todo oídos -
-Se trata de Mimi, finalmente tuve el valor y ella acepto ir conmigo al baile. Le pediré que sea mi novia ¿Qué opinas? ¿Crees que es muy pronto? -
-¿Muy pronto? Pfff... ¡Para nada! Tú pídeselo, llevas planeando confesarte desde hace tiempo. A por ello -
-Tienes razón. Eso era todo, no te quito más el tiempo. Hasta mañana en clases -
-Adiós - cuelga la llamada y es momento de dejar salir la risa que contuvo durante la corta conversación  -Rechazado otra vez, qué lástima me das -

Definitivamente matt se ha convertido en un capullo integral. Pobre mimi

El viento invernal cada día es más frío, está mañana la nieve ha hecho acto de presencia durante las primeras horas, haciendo con ello que los estudiantes y profesores se retrasaran. Taichi esperó a Mimi en la entrada, alrededor de media hora, él habría querido esperarla eternamente. Pero Hikari se lo impidió.

-Estás loco ¿A esto se le considera acoso, lo sabías? - dijo ella, cruzándose de brazos y metiendo un poco más su delgado cuerpo al área que cubría el paraguas de su hermano.
-Sólo muero por verla - confesó en un susurro, dejando que el rubor subiera inmediatamente a sus mejillas. Kari exclamó un sonoro "awwwwm", que sólo hizo a su hermano ponerse aún más rojo.  -¿No tienes clases hoy? La secundaria es al otro lado... - le pregunta el chico.
Ella ladea el rostro, con molestia fingida -Lo mismo puedo decirte, tus calificaciones no son tan buenas cómo las mías, además, yo entró más tarde... ¡Te gane! - le saca la lengua en actitud divertida. -Vete ya, Mimi vendrá y podrás verla en el almuerzo -
-Sólo para alejarme de ti, te haré caso. Nos vemos más tarde - ambos se despiden con la mano y cada quién toma su camino hasta el aula que les corresponde.

"Las horas parecen transcurrir con mayor lentitud cuándo esperas por algo. Nunca he notado que la profesora de inglés utiliza pantalones un poco por arriba del tobillo, ni que el profesor de biología esta un poco más gordo que el semestre anterior. Lo admito, debería prestar atención a lo que dicen y no a cómo lucen... pero lo segundo es más entretenido que lo primero. También he notado que Sora y Matt se han estado enviando mensajes de texto durante toda la mañana, me pregunto si se habrán reconciliado del todo. Me alegro por ellos."

-Taichi... - Sora golpea el hombro de Tai, mientras el profesor escribe distraidamente en la pizarra -¿Tienes el nuevo número de móvil de superior Joe? - pregunta ella, susurrando para no ser descubierta.
-No tengo móvil ¿recuerdas? - le lanza una mirada acusadora.
La pelirroja cubre su boca para no reír, recuerda que fue ella quién destruyó accidentalmente el teléfono del moreno -Lo siento -
-Creo que Hikari lo tiene ¿Por qué? -
-cómo tú no me dijiste que invitaste a Mimi al baile, yo no te voy a decir nada - cierra sus labios y con su mano simula estar cerrando una cremallera sobre ellos.
-¿Quién te lo dijo! - grita él, poniéndose en pie y olvidando completamente que se encuentra en el salón. Sora fija nuevamente su espalda al respaldar de su pupitre y simula estar leyendo. El profesor encuentra únicamente a Tai cómo culpable, le señala con su regordete dedo
-¡Fuera de la clase! -

El chico no replica nada, sale del salón y la clase continúa con su curso normal. -¿Cree que librándome de su clase me hace sufrir? Ingenuo - murmura él, mientras camina inconscientemente. Se detiene frente a las aulas del primer curso. En una de ellas está Mimi, si mal no recuerda, es la Clase Cerezo. Duda un breve momento entre ir a buscarla o no, finalmente toca la puerta y la voz del profesor se hace presente.
-¿Puedo ayudarle en algo? - pregunta el profesor, mirando a Tai a traves de sus viejas gafas de media luna. El moreno tarda un poco en reaccionar, pasea la vista a lo largo del salón, pero no encuentra el rostro de la chica. Aquello no le gusta nada.
-Quiero hablar con Izz... es decir, Koushiro ¿Me lo permite? - dice, no muy convencido. Pero necesita saber sobre la muchacha.
El profesor asiente, y Koushiro sale del salón, cerrando la puerta tras de si.
-Dime, Tai - los inexpresivos ojos negros del pelirrojo se fijan en los ojos color chocolate del moreno. Taichi tiembla un poco, no le recordaba tan tétrico.
-...brrrr...  - frota sus brazos -Es sobre Mimi ¿Sabes porqué no ha venido? -
Izzy continúa mirándole, y finalmente abre la boca para responder -La señora Tachikawa reportó que Mimi está constipada y por eso no ha venido a clases - explica.
Taichi queda más tranquilo -Gracias por la información... -
-Sin embargo - interrumpe, bastante serio -Mimi me llamó ayer por la tarde y sonaba bastante sana - le cuenta. Taichi arquea una de sus cejas; Izzy es -mejor dicho, fue- el elegido del conocimiento, y sabía de sobra del enorme talento del chico para descifrar acertijos y su gran poder de observación, así que le escucha atentamente -Tenía problemas con su tarea, y no pude ayudarle de inmediato. Por la noche le llamé, ofreciendo mi ayuda, sonaba sana... aunque un poco preocupada. Yo creo que tiene algún mal personal, y no de salud ¿Consideras conveniente que vayamos a verla después de clase? -
-No sé tú, pero yo me voy ahora... - sin escuchar nada más, Taichi corre rumbo a la salida de la institución. No puede permitir que Mimi, esté enferma o no, se encuentre sin él.
Koushiro entra al salón nuevamente. Para él, Taichi siempre ha sido un gran líder, y Mimi era parte del equipo... comprendía la preocupación que seguramente sentía por ella. Texteó a Sora, para que ella justificase la ausencia de Tai para el resto de profesores. Izzy... tú siempre tan preocupado por los estudios.

"¿Mimi teniendo problemas? Tan malos debían ser para que su madre le impidiera ir a clase, sinceramente estoy preocupado por ella."

Departamento de la familia Tachikawa. 11:40 am.
La muchacha se encuentra recostada en su aterciopelada cama, no está dormida, su mirada fija en el techo y sus manos no dejan de retorcerse una sobre la otra. Sus clases de actuación en Nueva York dieron su primer fruto; actuó cómo una enferma por la mañana temprano, logrando que su madre le permitiera quedarse en casa ¿Cuánto tiempo debía seguir ocultándose de Yamato? No podía con la carga, era demasiado el secreto para ella sola. Necesitaba sentirse respaldada, pero ni siquiera se sentía segura para contarlo a sus amigas, algunas eran bastante bocazas e incluso un par de ellas estaban locas por el rubio. No contaba con nadie. Estaba sola.
El sonido del timbre resonó dentro del departamento. El corazón de la muchacha dio un vuelco -Se entero que no fui a clases, ha venido para matarme... o peor, para abusarme - sus ojos se tornaron aguados, debido a la cantidad de lágrimas que comenzaban a acumularse en ellos.
Un segundo sonido del timbre. Se cubrió completamente con sus sábanas, temerosa de todo. Un tercer sonido, seguido de un "Mimi, soy yo... abre, por favor". -Es Tai - pensó. Dejo libre su rostro, pero no se ánimo a abrir. Yamato la tenía amenazada.

-¡Mimi! ¿Estás bien? -

La chica dejo escapar un par de lágrimas, las secó con el manga de su pijama y se puso en pie para abrir la puerta. El muchacho sonrió de verla, aunque la sonrisa no duró mucho tiempo, pues enseguida notó el rastro del llanto.

-¿Mi...mi? -
La muchacha se abalanzó sobre él, abrazándole con fuerza. Debido a su corta estatura, su rostro estaba junto al pecho del muchacho, escuchando de cerca el corazón de Tai y volvió a llorar. Un llanto amargo. No era justo. Nada justo tener que alejarse de él. -¿Princesa? -
Los recuerdos volvieron a ella. El castillo de ShogunGekomon, los Gekomon, y su canto. Le había gustado ser una princesa, junto a su querido Palmon, pero lo que más le gusto de aquella aventura fue cuándo Taichi la llamo princesa. Y allí estaba, llamándole nuevamente de aquel modo. Alzó un poco su cabeza, le miro a los ojos y le robo un beso en los labios.
-Te amo - mascullo entre lágrimas -Te amo Taichi Yagami. Te amo -
El muchacho sonrió, la tomo de su estrecha cintura y volvió a besarla. Un beso mucho más largo que el anterior.

:)

El fic legendario. Mi bias hitler-unnier lo aprueba al igual que yo [??????] :P 



Sólo os aviso que Tyler es mío, que me enamoré de él desde la primera vez que lo leí.
Y sí, es un spoiler

Dear Marloes: No hagas spoilers, pls.

Momento VI

Sus ojos comienzan a abrirse, lenta y pausadamente. Se siente cansado; no es un cansancio cualquiera, no, es un cansancio satisfactorio. Uno de esos cansancios que simplemente llegan después de haber estado feliz. No reconoce el sitio dónde se encuentra; la habitación tiene un dulce aroma femenino que resulta por de más conocido a su memoria; muñecas sobre un estante, una MAC rosada, decoración floral y una fotografía. La fotografía está enmarcada. Reconoce a quiénes aparecen en ella; un peculiar grupo de ocho niños, todos ellos unidos por un lazo inquebrantable de amistad. Recuerda el momento exacto en que hicieron esa foto, fue unos días antes de que ella... de que la castaña risueña del sombrero vaquero se marchara al otro lado del mundo. Mimi. Ella ya no estaba lejos, ni volvería a estarlo, de eso podía sentirse seguro. Giro su cuerpo, encontrándose con una vista aún más deleitable. Allí estaba ella, Mimi Tachikawa, unos años mayor, convertida ahora no sólo en su amiga, sino, en la chica que más amaba. Dormía plácida y reconfortadamente a su lado, provocando un constante subir y bajar de las sábanas al compás de su respiración.
-Pareces un ángel - piensa él, llevando uno de sus dedos hasta los cabellos de la chica, y apartarlos de su rostro. -No, no lo pareces. Simplemente lo eres -

Dormida, con su hermosa silueta única y sencillamente cubiertas por las sábanas de seda. Su desnudez era lo más hermoso que el joven Yagami hubiese visto jamás. Lo recordaba...

"-Te amo Taichi Yagami. Te amo - aquella confesión aún resuena en mi cabeza, haciendo eco directo en mi corazón. La amo, y la amaré más después de esto."

Horas antes, justo después de la confesión tan esperada, ambos se fundieron en un beso. Un beso tierno, cálido y profundo, un beso que cargaba consigo los años de el primer amor de una chica, y el primer beso de amor de un muchacho. Se besaban con fuerza, deseando que el tiempo jamás se terminara. Fundiéndose en las ansias que sentían el uno por el otro. La puerta del apartamento se cerró a sus espaldas, mientras ellos no terminaban de besarse, avanzando con dificultad a lo largo de la sala de estar.
Taichi estaba emocionado, sus sentimientos eran correspondidos y no opondría ningún tipo de resistencia. Se dejaba guiar por ella a lo largo de la sala, cayendo pesadamente sobre un sofá, con ella abajo. Se miraron sonrientes, cómo si fuesen dos niños en medio de una travesura.
-¿Esto está pasando realmente? -
La muchacha no responde, continua sonriendo, y lleva uno de sus dedos hasta los labios del moreno, pidiéndole que no hable más. Tai comprende el mensaje, endereza su cuerpo y carga con ella en brazos. Alejándose del sofá y llegando a la habitación.

Mimi cae sobre la cama. Él luce un poco perdido. Ella alza sus brazos, reclamando un abrazo, reclamando las atenciones de él. Tai vuelve a ella, colocándose encima de ella, siendo cuidadoso para no lastimarla. Mimi es la mujer más frágil que ha visto jamás, no desea causarle ningún daño. Siente cómo los brazos de su amada se cierran por detrás de su cuello, volviendo a atraerlo hacía sus labios, encontrándose en medio del tercer beso para el moreno. Poco a poco las prendas parecen estorbar, comenzando una carrera entre la desesperación por sentir sus cuerpos.

Caliente, muy caliente. En sus 16 años, Taichi Yagami jamás se había sentido igual. Temía que se tratara simplemente de un sueño... el aroma corporal de Mimi inundaba la habitación: Vainilla y un poco de jabón. Continúan deshaciéndose de las prendas, hasta que bajo él yace un cuerpo femenino, indefenso, únicamente en prenda interior. Sonríen.  -Deja de verme así... voy a sonrojarme... - él sigue sonriente, Mimi luce tan bonita, tan espléndida. -Ahora sé que sí, qué sí puedes verte aún más bonita - susurra él, refiriéndose a su desnudez,  haciendo que los colores suban hasta las mejillas de su chica. Un caramelo siempre luce más apetecible bajo el empaque. Utiliza uno de sus dedos para contornear el escote de Mimi, bajando poco a poco, sintiendo cómo la piel de ella comienza a erizarse. Pasa a través del vientre, y se detiene en la delgada línea que separa a su vientre del monte de venus. Se pregunta si ella habrá sobrepasado la línea con algún otro chico, se pregunta si él será el primero... -Al demonio. Tal vez no sea el primero, pero quiero ser el último -
Hunde su rostro entre los muslos de Mimi, terminando por desnudar su feminidad. Aspira su aroma más intimo y comienza a besarle, a lo largo de su intimidad. Después de verla, sólo el rostro de Mimi le podía hacer competencia en belleza.
Su aroma, su textura... su sabor.
-Tai...Taichi... - gime entre suspiros la muchacha, victima del placer que le era ocasionado. Aunque no lo quisiera, Taichi tuvo que volver arriba, apartando su atención del bocado más delicioso en su existencia; con manos temblorosas se deshizo de la última prenda de ella, su pequeño sujetador. Los pechos de Mimi bambolearon al verse libres. Pequeños, rosados. No pudo soportar la tentación y tuvo que acariciarles con ambas manos... eran suyos, porqué ella era suya.
Mimi, por su lado, comenzó las caricias a su amado, notando lo ansioso que él se encontraba por sumergirse en ella. -Hazlo... - murmuró apenada -...estoy lista para ti  - "y siempre lo he estado".
No hubo más palabras, sólo una armonía de jadeos y suspiros. Estaba dentro de ella, en su estrecha cavidad.


El ir y venir, entrar y salir. ¿Habría acaso algo más placentero que eso? No lo creía, lo dudaba. Si alguien le aseguraba la existencia de la vida eterna y el paraíso, no le creería. Su paraíso personal se encontraba en la Tierra, se encontraba entre las piernas de la mujer que amaba.

Y ahora, estando allí, bajo las sábanas, sintiendo su suave piel desnuda... no quería apartarse nunca.
Ella despertó al sentir sus manos sobre el rostro.  -¿Pasa algo? - pregunta ella, aún adormilada.
-Ha pasado todo... -
Ella sonríe, y acerca más su cuerpo al cuerpo ajeno. Recarga su cabeza sobre el pecho del muchacho.
-Te amo, Mimi. No lo había dicho pero... - Mimi le interrumpe con un tierno beso.
-No tenías porqué decirlo con palabras, ya lo has dicho hace un momento... - vuelve a sonrojarse, recordando lo que paso. No había sido su primera vez, desde hacía años que no seguía haciendo referencia a su emblema de pureza, pero nunca antes se había entregado completa. De una forma tan sublime, tan enamorada. -... sentí que me amabas. Y yo te amo a ti - los besos vuelven a apoderarse de ambos, buscando la intimidad de las sábanas para continuar con su demostración de amor.

wau... sin palabras :)